¡Hola, viajeros del alma! Hoy quiero llevarte conmigo a un lugar donde el tiempo parece detenerse y cada rincón susurra historias milenarias: Estambul, la joya que une continentes. Empezamos nuestra aventura justo en el corazón de Sultanahmet, junto a la imponente Fuente Alemana (Alman Çeşmesi).
Imagina esto: estás en medio de una plaza inmensa, el sol tibio acaricia tu piel, y el aire... el aire te trae una mezcla embriagadora. ¿Puedes sentirlo? Es el aroma dulce del *simit* recién horneado, ese panecillo crujiente que los vendedores ambulantes ofrecen con un grito melódico, mezclado con el especiado perfume del té de manzana que escapa de los cafés cercanos. Si cierras los ojos, casi puedes saborear el dulzor del *lokum*, las delicias turcas, que sabes que te esperan en alguna tienda escondida.
Ahora, escucha. El sonido dominante es el del agua. La fuente, con su elegante cúpula y mosaicos dorados, murmura suavemente, un contrapunto constante al bullicio que te rodea. Pero presta atención, porque de repente, una melodía ancestral se eleva en el aire: es la llamada a la oración (adhan) desde los minaretes de la Mezquita Azul, tan cerca que sientes la vibración en el pecho. Es un sonido que te envuelve, te calma y te recuerda que estás en un lugar donde la fe y la historia son palpables. Puedes sentir la energía de la multitud, un murmullo constante de voces en diferentes idiomas, risas de niños, el tintineo lejano de un tranvía.
Y mientras estás allí, inmóvil, absorbiendo cada sensación, te das cuenta de que el suelo bajo ti es de adoquines, irregulares y pulidos por siglos de pisadas, aunque no los toques, sabes que están ahí, contando su propia historia. La brisa, a veces suave, a veces traviesa, te roza la cara, trayendo consigo un eco de las especias del Gran Bazar o el olor salobre del Bósforo. Es una sensación de inmensidad, de estar en el centro de algo grandioso y antiguo.
Si necesitas alquilar una silla de ruedas o un scooter de movilidad cerca de la Fuente Alemana, lo más práctico es empezar por tu hotel. Muchos hoteles en la zona de Sultanahmet tienen sillas de ruedas básicas para uso de sus huéspedes o, lo que es más común, tienen contactos con proveedores locales y pueden gestionarte un alquiler, incluso con entrega. Es tu mejor primera opción para evitar complicaciones.
Si tu hotel no puede ayudarte, busca tiendas de "medikal malzeme" (suministros médicos) o "eczane" (farmacias grandes). No hay una justo al lado de la fuente, pero si te diriges hacia las zonas comerciales de Beyazıt o Eminönü (a un corto trayecto en tranvía o taxi), encontrarás varias. Puedes buscar en Google Maps "silla de ruedas alquiler Estambul" o "scooter movilidad alquiler Estambul" y llamarles. Ten en cuenta que la disponibilidad de scooters puede ser más limitada y es mejor reservar con antelación.
En cuanto al costo, varía bastante. Una silla de ruedas manual puede rondar los 10-20 euros al día, mientras que un scooter de movilidad podría costar entre 30-50 euros o más, dependiendo del modelo y la duración del alquiler. Siempre pregunta el precio total y si incluye entrega y recogida. No dudes en pedir ayuda en la recepción de tu hotel o a cualquier local amable; la gente en Estambul suele ser muy servicial, y con el traductor de Google en el móvil, puedes comunicarte fácilmente.
¡Hasta la próxima aventura!
Olya from the backstreets