¡Hola, viajeros y viajeras!
Hoy os llevo de la mano a un lugar mágico que a veces se queda a la sombra de Berlín, pero que tiene una luz propia que te envuelve: los jardines de Potsdam. No te voy a dar un tour enciclopédico, sino una ruta para sentir el lugar, como si lo estuviéramos descubriendo juntos.
### Tu Punto de Partida y el Primer Aliento
Para llegar, toma el tren (S-Bahn o Regionalbahn) hasta Potsdam Hauptbahnhof. Al salir de la estación, busca el autobús o tranvía que te lleve a la parada "Schloss Sanssouci". Este es nuestro punto de inicio.
Imagina que bajas del transporte y el aire cambia. Ya no huele a ciudad. Sientes una brisa fresca, quizás con un ligero aroma a tierra húmeda y hojas. Caminas unos pocos metros y el sonido del tráfico se disipa, reemplazado por el canto de los pájaros y, a lo lejos, un murmullo que aún no identificas. Es el preludio de algo grande. Desde aquí, nos dirigimos directamente a la entrada principal del Palacio de Sanssouci y sus terrazas.
### Las Terrazas de Sanssouci: Un Descenso de Sensaciones
Aquí es donde el corazón de Potsdam te abraza. No entres al palacio aún, quédate fuera, en lo alto de las terrazas. Cierra los ojos por un momento. Siente la amplitud del espacio, la inmensidad del cielo sobre ti. Ahora, ábrelos y mira hacia abajo: verás un mar de verde extendiéndose, con las viñas en terrazas que bajan como una cascada vegetal.
Escucha el sonido del agua. El murmullo que oíste al principio es el de las fuentes de la Gran Fuente, que se eleva majestuosamente en el centro del parterre. Siente la humedad de la brisa que arrastra el agua, refrescando tu piel. Camina despacio por las escaleras de piedra que descienden, notando la textura fría y sólida bajo tus pies. Si es verano, el dulce aroma de las uvas al sol se mezcla con el perfume de las flores que adornan cada nivel. Es un descenso suave, un abrazo visual y sensorial que te prepara para lo que viene.
### El Paseo por el Jardín: Secretos y Contrastes
Una vez abajo, en la base de las terrazas, te invito a perderte un poco, pero con rumbo. Desde la Gran Fuente, toma el camino que se adentra en el bosque, dirigiéndote hacia la Casa China (Chinesisches Haus). No es solo un paseo; es un viaje a través de diferentes atmósferas.
Caminas por senderos de gravilla fina, el sonido suave de tus pasos se mezcla con el crujido de las hojas secas si es otoño, o el suave zumbido de los insectos en verano. Siente la sombra fresca de los árboles centenarios, cómo el sol se filtra entre las copas creando dibujos en el suelo. El aire aquí es más denso, más verde. De repente, la Casa China aparece, un estallido de color y exotismo en medio del verdor. Toca sus columnas, siente la frialdad de la piedra, la suavidad de la madera lacada. No te apresures. Este es un rincón para la curiosidad, para sentir cómo el mundo se hizo más pequeño y conectado hace siglos.
### El Nuevo Palacio: La Gran Final y el Eco de la Historia
Desde la Casa China, sigue los caminos principales que te llevarán, con una caminata algo más larga pero bellísima, hasta el Nuevo Palacio (Neues Palais). Este es el gran final de nuestro recorrido a pie por los jardines de Sanssouci.
Cuando te acerques, sentirás su imponente presencia antes incluso de verlo por completo. Es enorme, majestuoso, un contraste total con la delicadeza de Sanssouci. Siente la inmensidad del espacio abierto frente a él. Toca sus muros de ladrillo rojo, imaginando las manos que lo construyeron. Si te acercas a sus puertas, podrás percibir el eco de los grandes eventos que albergó, la solemnidad que aún resuena en su silencio. Siéntate en uno de los bancos cercanos, o en el césped, y simplemente observa. Siente el viento en tu cara, el sol en tu piel. Es un lugar para asimilar todo lo que has visto, para sentir la grandeza de un imperio y la tranquilidad de la naturaleza combinadas. Es el broche de oro, el lugar perfecto para terminar tu exploración de los jardines.
### Qué Saltar y el Mejor Consejo
Para una ruta "caminable" y para sentir realmente el lugar, te sugiero saltarte los interiores de la mayoría de los palacios si tu tiempo es limitado. Céntrate en los jardines y las fachadas. El Palacio de Sanssouci por dentro es precioso, sí, pero si intentas ver todos los interiores, acabarás corriendo y no disfrutarás de la verdadera esencia de los jardines. También te recomiendo dejar para otra visita el Neuer Garten y el Palacio de Cecilienhof. Están en otra zona y, aunque son maravillosos, añaden demasiada distancia a nuestra ruta a pie.
Mi mejor consejo: lleva buenos zapatos, una botella de agua y, sobre todo, la mente abierta y los sentidos despiertos. No se trata solo de ver, sino de sentir Potsdam con cada parte de tu cuerpo.
¡Hasta la próxima aventura!
Ana de Viaje