¡Hola, exploradores! Hoy os llevo a un lugar que se siente como un abrazo de la Tierra misma: el Parque Nacional Zion. Imagina que el aire de la mañana te envuelve, fresco y con ese aroma a pino y tierra húmeda. Sientes el sol tímido acariciándote la piel mientras el día despierta. Escuchas el murmullo constante del Río Virgin, una banda sonora que te acompañará todo el día. Caminas por el sendero principal, el suelo bajo tus pies es una mezcla suave de arena y grava, y a cada paso, el eco de tus pisadas te conecta con la inmensidad que te rodea. Empiezo aquí, en el Centro de Visitantes, donde el autobús del parque te espera. Es tu mejor amigo para moverte, créeme. Para tu día en Zion, el shuttle es obligatorio la mayor parte del año. Olvídate del coche una vez que aparques. Te subes y te dejas llevar. La primera parada que te recomiendo es la de Emerald Pools.
Cuando te bajas en Emerald Pools, la sensación es diferente. El aire es más denso, más verde. Escuchas el goteo constante del agua, un sonido que te hipnotiza. Sigues el camino, que asciende suavemente, y notas cómo la temperatura baja a medida que te acercas a las paredes de roca. Tus dedos rozan la arenisca fresca y rugosa si estiras la mano. El camino te lleva por senderos bien marcados, a veces con un ligero desnivel, pero siempre accesible. Vas a pasar por cascadas que, incluso si son pequeñas, el sonido del agua cayendo y el rocío en tu cara son pura vida. El sendero de Emerald Pools se divide en Bajo, Medio y Alto. Para una experiencia accesible y sensorial, concéntrate en el Bajo y el Medio. El sendero Superior es más exigente y rocoso. Lleva calzado cómodo, con buen agarre, porque aunque es "sencillo", hay zonas resbaladizas por la humedad. Y una botella de agua, siempre.
Después de las piscinas, volvemos al shuttle y nos dirigimos a la parada de Temple of Sinawava, la última parada. Aquí, la atmósfera cambia por completo. Las paredes del cañón se cierran a tu alrededor, tan altas que casi tocan el cielo, y la luz se filtra de una manera mágica, creando sombras y reflejos por todas partes. Sientes el aire más fresco, casi una brisa constante que sube del río. El sendero aquí es el Riverside Walk, pavimentado y plano, perfecto para sentir la inmensidad sin esfuerzo. Escuchas el canto de los pájaros, diferente al de antes, y el sonido del río es más presente, más fuerte, a medida que te acercas a su orilla. El Riverside Walk es un sendero de unos 1.5 kilómetros (una milla) de ida, completamente plano y pavimentado. Es ideal para todo el mundo. Tómate tu tiempo, no hay prisa. Al final de este sendero es donde comienza The Narrows, pero para nuestra ruta 'sencilla', este es nuestro destino final. No necesitas equipo especial, solo tus ganas de sentir el cañón.
Este Riverside Walk es lo que guardaría para el final, el gran cierre. ¿Por qué? Porque te sumerge en el corazón del cañón. Imagina que el eco de tus pasos se pierde entre las paredes gigantes. Si te paras un momento y cierras los ojos, puedes oler la humedad de la roca y el agua fresca, y sentir la brisa que baja por el cañón. Toca las paredes de arenisca si te acercas, siente la textura fría y milenaria. Es aquí donde la escala de Zion se vuelve realmente abrumadora, en el mejor sentido. Te sientes pequeño, pero conectado a algo enorme y antiguo. Las voces de la gente se vuelven susurros, y el río domina el sonido. Llega a Riverside Walk por la tarde, unas dos o tres horas antes de que el último shuttle baje. La luz en el cañón en esas horas es espectacular, más suave y cálida. Es el momento perfecto para fotos si te apetece, o simplemente para sentarte en una de las pocas orillas accesibles y escuchar el río. No intentes meterte en The Narrows si no tienes el equipo adecuado (bastón, zapatos para el agua) y no es lo que buscas en este viaje. El Riverside Walk es la experiencia por sí solo.
Si buscas una ruta tranquila y accesible, te diría que dejes Angels Landing para otra ocasión. Es una vista increíble, sí, pero el camino es empinado, expuesto y requiere un permiso y una forma física diferente. No es para sentir el parque con calma, sino para un desafío. En cambio, si quieres un punto de vista elevado sin el esfuerzo extremo, considera el Pa'rus Trail. Es también pavimentado, accesible para sillas de ruedas, y te da una perspectiva diferente del río y las formaciones rocosas, con la luz del sol jugando de forma distinta sobre el agua. Puedes sentir el sol directamente en tu piel y el viento que sopla a través del valle abierto. El Pa'rus Trail es otra excelente opción para una caminata fácil, especialmente si quieres estirar las piernas antes de subirte al shuttle por primera vez, ya que comienza cerca del Centro de Visitantes. Es el único sendero donde se permiten bicicletas y perros (con correa). Para evitar aglomeraciones, intenta ir temprano por la mañana o al final de la tarde. Y un último consejo: lleva un pequeño picnic. Hay muchas zonas preciosas para sentarse y disfrutar de la comida rodeado de esa belleza, con el sonido de la naturaleza como tu único compañero.
Espero que te animes a vivirlo. ¡Hasta la próxima aventura!
Olya from the backstreets