¡Hola, amigos! Acabo de regresar de un viaje al mágico mundo de Harry Potter en Orlando, y tengo que contártelo todo, con pelos y señales, como si estuvieras aquí conmigo.
Imagina esto: Entras, y de repente, el aire cambia. Ya no es el calor húmedo de Florida, sino una brisa fresca, casi como si una capa invisible te envolviera. Escuchas el eco de los pasos sobre lo que parece ser adoquines, aunque sabes que estás en un parque temático. El sonido más distintivo es una mezcla de risas, exclamaciones de asombro y, de fondo, la inconfundible banda sonora que te eriza la piel. El primer olor que te golpea es una mezcla dulce y especiada, como canela y azúcar moreno, que sabes que es la famosa Cerveza de Mantequilla. Es un golpe sensorial tan fuerte que te desorienta por un segundo, y luego, te sumerge por completo.
Una vez que te abres paso por el callejón Diagon, la sensación es de estar dentro de una película. Puedes sentir la textura ligeramente áspera de las fachadas de las tiendas al pasar la mano, casi como si el ladrillo fuera antiguo de verdad. El bullicio de la gente es constante, pero no molesto, es parte de la atmósfera, como si todos estuvieran en una misión mágica. Te sugiero que, al entrar, gires a la izquierda directamente hacia Gringotts. La fila puede ser larga, pero la experiencia dentro del banco, con los duendes animatrónicos y la imponente araña de cristal, vale cada minuto de espera. No te apresures, tómate tu tiempo para observar cada detalle.
Después de Diagon Alley, el viaje en el Hogwarts Express es una experiencia en sí misma. Al subir al tren, el asiento es suave pero firme, y el traqueteo de las ruedas te envuelve en una sensación de viaje real. Los paisajes que ves por la ventana son proyecciones, pero la forma en que los efectos de sonido y la luz cambian dentro del compartimento te hacen sentir que realmente estás cruzando el campo inglés. Una vez que llegas a Hogsmeade, el aire se siente más frío, incluso en un día soleado, y la "nieve" en los tejados de las tiendas, aunque no la toques, te da una sensación invernal. Mi consejo: la primera Cerveza de Mantequilla que te tomes aquí, que sea la versión congelada. Es como un batido cremoso y dulce, perfecto para el clima.
En cuanto a las atracciones, la de Gringotts es más una aventura con explosiones y un poco de caída. La de Forbidden Journey, dentro del castillo de Hogwarts, es otra historia. Te sientas en un banco que se mueve y gira, y sientes el aire en tu cara cuando vuelas con Harry. Si eres propenso al mareo, quizás quieras tomar algo antes, porque es bastante intensa. Para ambas, si vas solo o no te importa separarte de tu grupo, la fila de "Single Rider" te salvará horas de espera. Y recuerda, para subir a Forbidden Journey, necesitas guardar tus cosas en unas taquillas gratuitas (por tiempo limitado) que hay antes de la entrada.
Sobre la comida, aparte de la Cerveza de Mantequilla, que es un *must*, no esperes maravillas gastronómicas. Probé el Shepherd's Pie en el Caldero Chorreante y estaba bien, reconfortante, pero nada del otro mundo. Los dulces de Honeydukes, eso sí, son una locura. Las grageas de todos los sabores de Bertie Bott son un juego divertido, pero prepárate para los sabores inesperados.
Lo que menos me gustó, para serte muy honesta, es la cantidad de gente. A veces, especialmente en los pasillos más estrechos o al salir de las atracciones, la marea humana es abrumadora y le quita un poco de la inmersión mágica. Además, el precio de las varitas interactivas es elevado, aunque ver a la gente lanzar hechizos y ver cómo las cosas reaccionan es algo que no tiene precio.
Y lo que más me sorprendió fue la atención al detalle en cada rincón. No solo en las tiendas o las atracciones, sino en los pequeños detalles: los carteles, los anuncios en las ventanas, incluso los baños están tematizados. Pero lo que realmente me dejó boquiabierta fue la experiencia de comprar una varita en Ollivanders. No es solo elegir una, es una pequeña representación donde la varita te "elige" a ti. Si tienes la suerte de ser seleccionado para la demostración, es un momento realmente mágico que te hace sentir parte del universo.
¡Espero que te sirva para tu próxima aventura!
Olya from the backstreets.