Los senderos en Cerro Colorado son de tierra compactada y gravilla, con tramos rocosos. Su ancho varía desde sendas angostas de un solo paso hasta sectores más amplios en zonas menos empinadas. Presentan gradientes que van de suaves a pronunciadas, exigiendo esfuerzo en las secciones finales hacia la cumbre. La ruta se define por mojones y señalización rústica, dirigiendo claramente a miradores y al punto más alto.

El Cerro Colorado se disfruta plenamente en otoño, con un aire diáfano y fresco. El silencio es casi absoluto, solo roto por el crujir de las hojas bajo los pies. La escasa afluencia de visitantes permite una conexión profunda con la naturaleza. La atmósfera serena invita a una introspección única.

¡Hola, exploradores del alma!

El Cerro Colorado, en San Martín de los Andes, no es solo una elevación; es una declaración geológica. Desde el momento en que se emprende el sendero, la tierra cambia, pasando de los tonos ocres habituales a un rojizo intenso, casi marciano, que le da su nombre. Este color vibrante, resultado de la oxidación de minerales, contrasta dramáticamente con el verde profundo de los bosques de *coihues* y *lengas* que lo flanquean, y el azul profundo del Lago Lácar que espera ser descubierto desde la cumbre.

La caminata es una sinfonía de sensaciones: el aire fresco de la montaña acaricia el rostro, el crujido de las pequeñas piedras volcánicas bajo las botas marca el ritmo, y el aroma a pino se mezcla con el de la tierra húmeda. A medida que se asciende, la perspectiva se amplía, revelando capas de montañas que se extienden hasta el horizonte. En la cima, el silencio es casi absoluto, roto solo por el susurro del viento, ofreciendo una vista panorámica de 360 grados que te deja sin aliento: el lago espejado, las cumbres nevadas en invierno, y la inmensidad patagónica desplegándose a tus pies. Es un lugar donde el tiempo parece detenerse, invitando a la contemplación y a una profunda conexión con la naturaleza salvaje.

Recuerdo una vez que subí con mi sobrina adolescente, quien al principio se quejaba de cada paso. Al llegar a la cima y ver el lago Lácar extenderse majestuoso bajo un cielo inmenso, sintiendo la tierra rojiza y única bajo sus pies, su expresión cambió por completo. Se quedó en silencio un largo rato, y luego me dijo: "Tía, esto es como un cuadro, pero de verdad." Ese instante de asombro genuino, de conexión pura con la grandeza del paisaje, me confirmó por qué este cerro, con su color tan particular, es mucho más que una simple vista: es un portal a la maravilla.

¡Nos vemos en la próxima cumbre!

Los miradores naturales durante el ascenso al Cerro Colorado son paradas obligadas para fotos. Encuadra el Lago Lácar y el pueblo de San Martín de los Andes con la cordillera de fondo. La luz del atardecer, entre las 18:00 y 19:30, ofrece tonos cálidos espectaculares. Desde la cima, captura el mosaico de lagos y valles, ideal al mediodía para máxima visibilidad.

La corta caminata a Cerro Colorado ofrece vistas panorámicas espectaculares del lago Lácar y la ciudad. El sendero carece de señalización clara y la exposición solar es intensa sin sombra alguna. La arena volcánica suelta en la cima dificultó la tracción, tornando el descenso inesperadamente resbaladizo. La sorpresa fue encontrar fósiles marinos incrustados en las rocas de la cumbre, a miles de metros sobre el nivel del mar.

Para alquilar sillas de ruedas o scooters cerca de Cerro Colorado, consulta en las farmacias céntricas de San Martín de los Andes. Lugares como Farmacia del Pueblo o Farmacia Patagonia suelen ofrecer este servicio por día o semana. El alquiler diario puede rondar los 6.000 a 10.000 ARS, dependiendo del equipo. Se recomienda llamar con antelación para confirmar disponibilidad y precios exactos.

Se asciende por un sendero rojizo entre la vegetación local. Desde la cumbre, la vista abraza el Lago Lácar y las cumbres andinas. El aire puro y el silencio invitan a una pausa contemplativa. Capturas la paleta de colores del paisaje patagónico en cada foto.

¡Hola, exploradores de la Patagonia!

Desde la base, Cerro Colorado te invita con su promesa de panoramas infinitos. La ascensión es un diálogo con la naturaleza; cada paso sobre la tierra rojiza y suelta desvela la geología volcánica que le da nombre al cerro. A medida que ganas altura, el aire se vuelve más nítido, trayendo consigo el aroma resinoso de los coihues y lengas que salpican las laderas. Los rayos de sol filtrándose entre las copas crean un tapiz cambiante de luces y sombras, pintando de ocre y esmeralda el sendero.

Al alcanzar uno de los miradores intermedios, el Lago Lácar se despliega como un zafiro líquido, enmarcado por las cumbres andinas. El viento, aquí, no es un simple soplo, sino una voz antigua que silba a través de las formaciones rocosas, contándote historias milenarias. Es en estos momentos de quietud donde, si prestas atención, puedes percibir el sutil y casi imperceptible *olor a tierra volcánica húmeda* que emana de las grietas sombrías, un aroma mineral que pocos detectan y que es la verdadera esencia del "colorado". La perspectiva desde la cima es un festín visual: un mosaico de bosques, montañas y el pueblo de San Martín de los Andes, ahora un delicado modelo a escala bajo tus pies. La inmensidad te envuelve, recordándote la majestuosidad de este rincón del mundo.

¡Hasta la próxima aventura!

La empinada subida a Cerro Colorado presenta terreno suelto y resbaladizo, especialmente tras lluvias o deshielo. Usa calzado de trekking con buen agarre para prevenir caídas y lesiones. El clima patagónico es impredecible; las ráfagas de viento y el frío repentino son comunes en la cima. Viste capas de ropa, lleva protección solar y suficiente agua para tu seguridad.

Absolutamente, Cerro Colorado es un destino gratificante para avistadores por su avifauna andina y boscosa. Busque al Chucao, Huet-huet o el Carpintero Gigante; sus cantos son inconfundibles. Los senderos secundarios entre los ñires y coihues brindan la tranquilidad ideal para la observación. Las primeras horas matutinas o el crepúsculo, de primavera a principios de otoño, ofrecen la mayor actividad.