¡Hola, exploradores! Hoy quiero llevarte a un lugar donde el océano Pacífico y el Canal de Panamá se dan la mano: la Calzada de Amador. No es solo un camino, es una experiencia que se siente en cada poro de la piel.
Imagina esto: bajas del coche, o de tu taxi, y el primer golpe es el aire. No es solo aire, es una brisa constante, cálida, con un inconfundible sabor a sal que te acaricia la cara y se te pega en los labios. Escuchas el murmullo de las olas rompiendo suavemente a un lado, y al otro, el sonido lejano y profundo de los barcos que se acercan al Canal, una especie de vibración sorda que te dice que estás en un lugar de tránsito, de movimiento. Caminas sobre un asfalto liso que se extiende como una cinta, y sientes el sol panameño, un sol generoso que te calienta la piel, recordándote que estás en el trópico. A veces, el olor a gasolina de algún barco se mezcla con el aroma salado, y luego, el dulce perfume de alguna flor tropical que el viento arrastra desde la orilla. Es un lugar donde te sientes pequeño, pero conectado a la inmensidad.
Mientras sigues avanzando, sientes bajo tus pies el ligero traqueteo de las bicicletas que te adelantan, o el suave golpe de los patines. El sonido de las gaviotas se vuelve más claro, sus graznidos agudos te acompañan. Si te detienes un momento, puedes sentir las vibraciones del suelo cuando un camión pesado pasa por la carretera paralela, o la risa contagiosa de un grupo de amigos que comparten un raspado (un cono de hielo con sirope) y el dulzor del azúcar llega a tu nariz. A lo lejos, el perfil de la ciudad se dibuja, un murmullo lejano de cláxones y voces, recordándote que la urbe está cerca, pero aquí, en la Calzada, estás en tu propio oasis, rodeado de agua y cielo. La sensación es de amplitud, de libertad, de poder respirar hondo y llenarte los pulmones de Atlántico y Pacífico a la vez.
Para que tu visita sea perfecta, aquí tienes algunos consejos directos:
* Mejor momento del día: Sin duda, el amanecer o el atardecer. La luz es mágica, la temperatura es más agradable y la vista de los barcos entrando o saliendo del Canal es espectacular.
* Para evitar multitudes: Los fines de semana, especialmente los domingos por la tarde, la Calzada se llena de gente local. Si buscas tranquilidad, opta por las mañanas de lunes a viernes.
* Cuánto tiempo dedicar: Con 2 a 3 horas tienes suficiente para caminar o recorrerla en bicicleta a un ritmo relajado. Si planeas parar a comer en uno de los restaurantes al final (en la Isla Flamenco), suma una hora más.
* Qué puedes saltarte: Si no eres un gran fanático de las compras de souvenirs, puedes pasar de largo las tiendas más grandes al inicio de la Calzada. Céntrate en las vistas y en los pequeños puestos de comida local.
* Consejos útiles:
* Comida y bebida: Hay muchos kioscos pequeños que venden raspados, empanadas y agua embotellada. Al final de la Calzada, en Isla Flamenco, encontrarás restaurantes más grandes con opciones de mariscos y comida internacional.
* Baños: Disponibles en los complejos de restaurantes y en las marinas. Suelen estar limpios, pero a veces requieren una pequeña propina o que hayas hecho una compra.
* Transporte: Alquilar una bicicleta es la forma más popular de recorrerla. Hay varios puntos de alquiler. También es fácil llegar y salir en taxi o usando aplicaciones de transporte.
* Protección solar: ¡Imprescindible! Hay muy poca sombra. Lleva sombrero, gafas de sol y aplica protector solar generosamente.
¡Espero que la Calzada te envuelva con todos sus sentidos!
Ana del Istmo