¿Quieres saber qué se *hace* en el Parque Kennedy? No es solo un lugar en un mapa; es una vibración, una melodía, un aroma. Imagina que llegas a Miraflores, el aire es un poco más fresco que en el centro de Lima, y de repente, un murmullo de vida te envuelve. Lo primero que te golpea es el olor, una mezcla embriagadora de dulce y salado: el picarón recién frito, el anticucho asándose a la parrilla, y un toque terroso, casi salvaje. Luego, el sonido. No es el ruido caótico de la ciudad, sino un coro: el maullido suave de un gato pidiendo atención, la risa de un niño, el murmullo de conversaciones en español y otros idiomas, todo mezclado con el ritmo lejano de alguna música. Caminas, y sientes el sol en tu piel, cálido pero no abrasador, y el suelo bajo tus pies cambia de acera a tierra, luego a adoquines. Estás en el corazón de Miraflores.
Mientras avanzas, la presencia felina se vuelve innegable. Sientes la brisa, y con ella, un ligero roce en tu tobillo. Es un gato. Hay docenas, cientos. Los escucharás ronronear, un vibrar bajo y constante que te invita a agacharte. Si extiendes una mano, sentirás su pelaje suave, a veces liso y pulcro, otras veces un poco más áspero, con nudos. Algunos se frotarán contra tus piernas, otros se estirarán perezosamente sobre los bancos de madera, sus cuerpos cálidos por el sol. Puedes sentarte en uno de esos bancos, sentir la textura de la madera vieja bajo tus dedos, y escuchar el suave "prrr" de un gato que se ha acurrucado a tu lado, como si te diera la bienvenida a su hogar. Es una calma inusual en medio de la ciudad, un pequeño oasis donde la vida fluye a un ritmo más lento, dictado por las siestas felinas.
El olfato te guiará hacia los carritos de comida, un festín para los sentidos. Escucharás el chisporroteo del aceite caliente, el "¡plop!" de la masa al caer en la sartén, y el crepitar de la carne a la parrilla. El aroma del anticucho, con su marinado especiado, te hará salivar. Si te acercas, sentirás el calor que emana de las brasas. Luego está el dulzor pegajoso de los picarones, bañados en miel de chancaca, y el aroma a azúcar y canela de los churros recién hechos. No lo pienses dos veces: pide un anticucho y un picarón. La sensación del calor en tus manos mientras sostienes el palito o el plato, el sabor ahumado y ligeramente picante del anticucho, o la dulzura reconfortante del picarón. Es la comida callejera más auténtica. Para probarlos, solo acércate al carrito que más te atraiga, pide lo que quieras y paga en efectivo. No hay trucos, solo buena comida.
Más allá de los gatos y la comida, el parque late con la vida local. Escucharás la música de los artistas callejeros: un charango que te transporta a los Andes, el ritmo de una marinera limeña. Puedes caminar por el "Pasaje de los Pintores", un área donde los artistas exponen sus obras. Si pasas tu mano por las texturas, sentirás la suavidad de un tejido andino, la aspereza de una pieza de cerámica, o la calidez pulida de una talla de madera. Los colores, aunque no los veas, los sentirás a través de la vitalidad del ambiente: el murmullo de la gente regateando amistosamente, la energía de la creatividad. Si buscas un recuerdo, este es el lugar. La mayoría de los vendedores aceptan efectivo y a veces tarjetas. No dudes en regatear un poco, es parte de la experiencia y siempre con una sonrisa.
Para llegar, el Parque Kennedy es el corazón de Miraflores, así que cualquier taxi o autobús en la zona te dejará muy cerca. Es un lugar central y fácil de ubicar. Lo mejor es visitarlo por la tarde, cuando el sol no es tan fuerte y la vida empieza a despertar: los artistas, los músicos, los puestos de comida. Los fines de semana por la noche, el ambiente es vibrante y festivo, con más gente y actividades. Siempre está lleno de vida, pero no te sentirás abrumado. Mantén tus pertenencias cerca, como en cualquier lugar concurrido, pero el parque es bastante seguro. Desde aquí, puedes caminar fácilmente hasta el Malecón para sentir la brisa del Pacífico o explorar las tiendas de Larcomar si buscas algo diferente.
Olya from the backstreets