¡Hola, viajeros! Hoy os llevo a un lugar que desafía todo lo que crees saber sobre el agua: el Mar Muerto.
Imagina que te acercas a la orilla. No hay olas, solo un suave murmullo, casi un suspiro del viento. El aire es denso, cálido, con un sutil aroma a minerales que te envuelve. Caminas despacio sobre una mezcla de pequeños guijarros y cristales de sal que crujen bajo tus pies, ásperos pero fascinantes. Y entonces, te atreves a entrar. El agua es tibia, casi aceitosa al tacto. Te dejas caer, y la sorpresa es inmediata: no te hundes. Tu cuerpo se eleva sin esfuerzo, flotando como una pluma. Es una sensación de ingravidez absoluta, como si el mundo te sostuviera en sus palmas. Cierras los ojos, sientes el sol en tu cara y el silencio, roto solo por el suave chapoteo que haces al moverte. Es un abrazo líquido, una paz que te invade por completo.
Después de flotar, quizás decidas probar el barro, ese lodo oscuro y mineral que se esconde bajo el agua. Su textura es fría y untuosa, y al extenderlo sobre tu piel, sientes un cosquilleo, como si miles de pequeñas manos te estuvieran limpiando. El olor es térreo, primario, diferente a todo lo que has olido antes. Al salir del agua, el sol seca rápidamente las gotas de sal en tu piel, dejándola suave, pero con una capa casi imperceptible de cristales que brillan. Es una experiencia que te deja la piel renovada y la mente en calma, como si hubieras reseteado tu cuerpo y tu espíritu.
Para que tu visita sea perfecta:
* Mejor momento del día: Temprano por la mañana (justo al amanecer) o al final de la tarde (antes del atardecer). La luz es mágica, el calor más tolerable y la atmósfera más tranquila.
* Evitar multitudes: Si puedes, ve entre semana (domingo a jueves en Israel). Los viernes y sábados (fin de semana local) y los días festivos son mucho más concurridos. Si solo puedes ir en fin de semana, apunta a la primera hora.
Un par de consejos más para disfrutar al máximo:
* Tiempo ideal de visita: Con 2-3 horas es más que suficiente. Flotar, aplicarse el barro y ducharse. No es un lugar para nadar largas distancias ni para pasar el día entero.
* Qué evitar:
* Afeitarte/Depilarte: No lo hagas el día antes ni el mismo día. La sal pica muchísimo en la piel recién rasurada.
* Salpicarte los ojos o la boca: La sal es extremadamente irritante. Si te ocurre, lávate con agua dulce inmediatamente.
* Tener heridas abiertas: Prepárate para un escozor muy intenso si tienes algún corte o rasguño.
* No llevar calzado adecuado: El suelo puede ser rocoso y los cristales de sal cortantes.
Y finalmente, algunos puntos prácticos que te harán la vida más fácil:
* Duchas de agua dulce: Son absolutamente esenciales y están disponibles en todas las playas públicas organizadas (como Ein Bokek o Kalia Beach). Dúchate en cuanto salgas del agua salada.
* Calzado de agua: Imprescindible. Sandalias de goma o escarpines protegerán tus pies del suelo áspero y los cristales de sal.
* Hidratación: Lleva mucha agua potable contigo. El calor y la alta concentración de sal en el aire y el agua pueden deshidratarte rápidamente.
* Comida y bebida: En las playas públicas más populares, hay pequeños quioscos o cafeterías donde puedes comprar snacks, bebidas y helados. No esperes opciones gourmet, pero son suficientes para reponer energías. Los precios suelen ser un poco más altos.
* Baños: Sí, hay baños públicos y vestuarios en las áreas de playa designadas.
* Protección solar: Fundamental. Gorra, gafas de sol y protector solar de factor alto. El reflejo del agua amplifica los rayos del sol.
¡Que disfrutes de esta experiencia única!
Léa de camino