Hola, exploradores del sabor. Hoy vamos a un lugar que es el corazón palpitante de Lyon: Les Halles Paul Bocuse.
Imagina que te adentras en un templo de aromas. El aire es denso, una mezcla embriagadora de quesos maduros –sí, ese toque picante y terroso del Saint-Marcellin, o la cremosidad láctica del Reblochon–, mezclado con el dulzor anisado del pan recién horneado que aún cruje al tacto. Escuchas un murmullo constante: el tintineo de copas de vino blanco chocando, risas que se elevan sobre el bullicio, el chasquido rítmico de un cuchillo cortando lonchas finísimas de *rosette de Lyon*. No ves, pero sientes la energía vibrante de la gente, los pasos sobre el suelo pulido, el calor que emana de las cocinas abiertas donde se preparan *quenelles* doradas. Hay una sensación de opulencia, de abundancia generosa. Puedes casi saborear el caviar, el foie gras, o la trufa negra, incluso antes de que lleguen a tu boca, solo con el aroma que flota en el ambiente. Es Lyon en su máxima expresión, un abrazo cálido y delicioso que te envuelve por completo.
Ahora, para que tu visita sea tan fluida como el vino de Borgoña que podrías probar allí, aquí tienes unos consejos prácticos:
* Mejor momento del día: La mañana es ideal para ver la frescura de los productos y la calma antes del almuerzo. Si quieres comer, el mediodía es vibrante, pero también el más concurrido.
* Para evitar multitudes: Lo mejor es ir temprano en la mañana, especialmente de lunes a viernes. Los fines de semana son siempre más animados y llenos.
* Duración de la visita: Con una o dos horas tienes suficiente para pasear, curiosear y probar algo. Si planeas una comida completa en uno de los restaurantes del mercado, calcula unas tres horas.
* Qué no priorizar (si el tiempo es limitado): Si tu tiempo es limitado, no te detengas demasiado en los puestos de souvenirs genéricos. Concéntrate en los productos frescos y las delicias gastronómicas locales: quesos, charcutería, pasteles y mariscos. Ahí está la verdadera magia.
* Consejos locales útiles:
* Cafés y bares: Hay muchos pequeños bares dentro del mercado donde puedes tomar un café, un vino o una cerveza artesanal, y acompañarlo con una ostra fresca o un trozo de queso. Es una experiencia muy lionesa.
* Baños: Suelen estar disponibles dentro del mercado, a menudo con un pequeño coste o para clientes de los establecimientos. Busca las señales.
* Paga con tarjeta: La mayoría de los puestos aceptan tarjeta, pero siempre es útil llevar algo de efectivo para pequeñas compras o si encuentras un puesto más tradicional.
* Come de pie: Muchos puestos tienen barras o mesas altas donde puedes disfrutar de tus compras al momento. No necesitas sentarte en un restaurante formal para disfrutar de la comida.
* Prueba los "pâtés en croûte" o los "quenelles": Son especialidades lionesas que no te puedes perder. Búscalos en los puestos de charcutería o en los restaurantes del mercado.
¡Espero que disfrutes de cada bocado!
Olya de las Callejuelas