¡Hola, trotamundos! Si me preguntas cómo guiaría a un amigo por el Wildlife Habitat Port Douglas, te diría que no es solo un paseo, es una inmersión total. Imagina que acabas de llegar. El aire cálido y húmedo te envuelve, con ese toque salino del mar cercano mezclado con el aroma de la vegetación tropical. Nada más entrar, el espacio se abre frente a ti en lo que llaman la Savannah y los Wetlands. Aquí, el sol se siente generoso en tu piel y, si cierras los ojos, escucharás una sinfonía de graznidos y chapoteos. Es el sonido de los ibis, las espátulas y los pelícanos, volando libres o posados tranquilamente. Sientes el suelo bajo tus pies, a veces seco, a veces un poco más blando si acabas de pasar una zona de agua. Este es el lugar para estirar las piernas, respirar hondo y dejar que la atmósfera te atrape. Mi consejo: tómate tu tiempo aquí, es una entrada suave antes de la acción.
Desde ahí, te moverías naturalmente hacia el área de los canguros y wallabies. Aquí es donde el corazón se te va a encoger de ternura. Te acercas, y sientes la tierra bajo tus zapatillas, un poco más suelta por el ir y venir de la gente. Extiende la mano con la comida especial que te dan (es importante usar solo esa, ¿eh?) y sentirás cómo sus hocicos suaves y curiosos se acercan, y luego esa textura indescriptible de su pelaje, tan suave y denso. Algunos son más atrevidos, otros más tímidos, y puedes sentir sus pequeños empujones suaves mientras buscan la comida. Escuchas sus resoplidos y el crujido de la comida. Es una interacción tan directa y honesta que te conecta con la naturaleza de una manera muy real. No te apresures, quédate un buen rato, disfruta de esa conexión.
Después de la suavidad de los marsupiales, te adentrarás en la Rainforest Habitat. Aquí la sensación cambia drásticamente. El aire se vuelve más fresco y denso, y puedes sentir la humedad en tu piel como una fina capa. El aroma a tierra mojada y vegetación exuberante inunda tus fosas nasales, y el sonido del goteo constante del agua y el murmullo de las hojas te envuelve, creando un ambiente de calma y misterio. Si levantas la cabeza (o si te guío para que la levantes), sentirás el techo de hojas que apenas deja pasar la luz del sol, creando un ambiente más tenue. Aquí es donde los koalas suelen estar, y aunque a menudo están dormidos, si te acercas, puedes sentir la textura áspera y rugosa de la corteza de los árboles donde se aferran, y con suerte, la suavidad inesperada de su pelaje si hay una oportunidad de tocarlos. Es un mundo completamente diferente, más íntimo y envolvente.
Ahora, para algo realmente especial, te diría que reserves una de las experiencias de comida inmersiva, como el Breakfast with the Birds o el Lunch with the Lorikeets. Esto es algo que no te puedes perder. Te sientas a una mesa, y de repente, sientes el aleteo y el suave roce de las plumas mientras los loriquitos y otras aves se posan en tu cabeza, en tus hombros, en tus brazos. Sientes sus patitas ligeras y delicadas, y el aire que mueven con sus alas. Sus chirridos y parloteos llenan el aire, una cacofonía de alegría que te rodea por completo. Puedes percibir el olor a fruta fresca que se les ofrece y el sonido de sus pequeños picos picoteando. No es solo ver aves, es *ser parte* de su mundo por un rato. Es vibrante, ruidoso y completamente inolvidable.
Para terminar, te diría que el Nocturnal Habitat puede ser un buen cierre si te apetece una experiencia diferente, aunque no es mi prioridad si el tiempo es limitado. Es oscuro, naturalmente, y se siente el cambio de temperatura. El sonido de los animales nocturnos es más sutil, pero presente. Para mí, lo que realmente vale la pena es volver a pasar por tu zona favorita, quizás los canguros, para una última conexión. Si te soy sincera, no hay mucho que "saltarse" si tienes el día, pero si estás apurado, prioriza siempre las interacciones directas, como el contacto con los canguros y la experiencia de las comidas con las aves. Son las que te dejan una huella más profunda. Y un último consejo práctico: lleva calzado cómodo, mucha agua y, si eres sensible, un poco de repelente para mosquitos. ¡Disfrútalo con todos tus sentidos!
Léa del camino