¿Qué se hace en Piedmont Park? Pues mira, es como un abrazo gigante en el corazón de Atlanta. Imagina que llegas y el sonido del tráfico se va desvaneciendo poco a poco. Lo primero que sientes es la amplitud, un espacio que respira. El aire es diferente aquí, más fresco, como si los árboles filtraran todo el ruido de la ciudad. Puedes escuchar el eco de las risas de los niños a lo lejos, el suave murmullo de las hojas con la brisa. No hay una "entrada" como tal, simplemente entras y el parque te envuelve.
Cuando te adentras, sientes bajo tus pies el camino, a veces asfalto liso donde las ruedas de las bicicletas zumban suavemente a tu lado, otras veces tierra compacta con la textura de pequeñas piedras sueltas. A tu alrededor, la gente se mueve con una energía tranquila: el ritmo constante de los corredores, el clic-clac de las correas de los perros, y el eco de conversaciones casuales que flotan en el aire. Puedes estirar los brazos y sentir el espacio, la libertad de no estar encajonado.
Luego, el camino te lleva hacia el agua. Puedes oler la frescura del lago, una mezcla sutil de humedad y vegetación. El sonido del agua es suave, a veces solo un ligero chapoteo si hay patos o gansos moviéndose. La brisa que viene del lago es más fresca, te acaricia la cara y te trae el eco de las campanas de los barcos de remo que se deslizan silenciosamente por la superficie. Si te acercas a la orilla, puedes sentir la arena húmeda bajo tus dedos si te atreves a tocarla.
Más allá del lago, el terreno se abre en vastas extensiones de césped. Aquí el olor es a hierba recién cortada, mezclado con el aroma dulce de alguna flor silvestre que crece cerca. Escuchas el *thump-thump* de un balón de fútbol, el *pop* de un frisbee al ser atrapado, y de vez en cuando, el sonido de una guitarra lejana. Puedes sentir el sol directamente sobre tu piel si te acuestas en la hierba, absorbiendo el calor, o encontrar un parche de sombra bajo un árbol enorme y sentir la frescura que te envuelve.
Para llegar, lo más fácil es usar el transporte público si no quieres complicarte con el coche. La estación de MARTA "Midtown" te deja a solo unos minutos a pie y es bastante sencillo. Si vas en coche, hay varios estacionamientos de pago alrededor del parque, pero se llenan rápido, especialmente los fines de semana. Lleva siempre agua, la humedad puede ser alta y el sol pega fuerte. Y sí, protector solar es clave, no te confíes.
Dentro del parque hay carritos de comida y algunos pequeños puestos, sobre todo cerca del lago o en las zonas más concurridas. Puedes encontrar cosas sencillas como perritos calientes, helados o bebidas. Pero si quieres algo más sustancioso, te diría que es mejor que traigas tu propio picnic. Hay muchas mesas y espacios verdes para sentarse y comer tranquilamente.
Justo al lado del parque, sin que te des cuenta de dónde termina uno y empieza el otro, te encuentras con zonas donde los olores cambian. De repente, el aire se llena del perfume intenso de diferentes flores, un jardín botánico que parece una extensión natural del parque. Puedes escuchar el zumbido de las abejas y sentir la textura de diferentes hojas si pasas la mano por las plantas. También hay un área donde el sonido de ladridos y el correteo de patas es constante; un espacio dedicado a los perros donde pueden correr libremente.
Si hay algún evento especial, como un concierto o un festival (que es bastante común), el ambiente del parque cambia por completo. El sonido de la música llena el aire, las vibraciones del bajo se sienten en el suelo bajo tus pies. Aunque el parque es grande, se llena de gente, así que prepárate para un ambiente más bullicioso. Lo mejor es revisar la página web del parque antes de ir si buscas algo específico, o simplemente dejarte sorprender.
Cuando te vas, el recuerdo que te llevas es una sensación de ligereza. Es como si el parque te hubiera quitado un peso de encima, dejándote con una energía renovada. El aire parece más limpio, los sonidos de la ciudad ya no te molestan tanto. Es un lugar donde puedes ser tú mismo, respirar hondo y simplemente existir.
Olya from the backstreets.