Los senderos adyacentes a la vía férrea son mayormente de gravilla compactada o tierra, con tramos de hormigón cerca de estaciones. Su anchura es variable, desde sendas estrechas junto a la única vía hasta caminos más amplios que sirven de acceso local a los pueblos. Las pendientes son generalmente suaves, siguiendo la topografía del valle fluvial, con desniveles mínimos en puentes o accesos a paradas. Estos caminos guían el recorrido peatonal conectando las paradas del tren, ofreciendo vistas directas al río y puntos de lanzamiento de linternas.

El otoño temprano o los días laborables de invierno tardío ofrecen la mejor experiencia. El aire, fresco y ligeramente húmedo, permite escuchar el susurro del viento entre los árboles y el lejano traqueteo del tren. La afluencia reducida crea un ambiente de contemplación, donde la gente se mueve con calma, sin prisas. Se percibe una armonía tranquila, muy distinta al bullicio de los festivales o fines de semana.

¡Hola, exploradores! Hoy os llevo a un viaje mágico sobre raíles en Taiwán.

La Línea de Ramal de Pingxi no es solo un trayecto en tren; es una postal viviente que cobra vida con cada giro. El pequeño tren de color rojo y amarillo serpentea entre túneles oscuros y puentes elevados, revelando densos bosques de bambú y cascadas ocultas como secretos bien guardados. El aire, fresco y húmedo, trae consigo el aroma a tierra mojada y a la historia industrial de sus encantadoras estaciones de madera.

En Shifen, la vía férrea se convierte en una calle bulliciosa, un lienzo donde los sueños toman vuelo. Aquí, la tradición de las linternas celestes se siente palpable, un ritual ancestral que conecta el pasado con el presente. Recuerdo ver a una pareja de ancianos, sus manos arrugadas sosteniendo una linterna gigante. Con tinta temblorosa, escribieron no peticiones de riqueza, sino una simple frase: "Salud y amor para nuestros hijos". Al soltarla, observé cómo ascendía lentamente, un punto naranja vibrante contra el cielo azul, llevando consigo no solo su deseo, sino la esencia misma de su conexión familiar y su esperanza silenciosa. Este tren, más allá de transportar personas, transporta deseos y legados.

Las paradas como Houtong, el famoso pueblo de los gatos, ofrecen un contraste encantador con sus felinos dueños de las calles y sus murales caprichosos que narran historias felinas. Jingtong, la última estación, te envuelve en una atmósfera de nostalgia pura con su estructura de madera original y postes llenos de tablillas de bambú con más deseos susurrados al viento. Es un viaje donde cada parada es una inmersión profunda en la cultura y la belleza taiwanesa, un eco de tiempos pasados que aún resuena vibrante en el presente.

Así que, si buscas una experiencia que toque el alma, la Línea Pingxi te espera. ¡Hasta la próxima, viajeros!

En Shifen, la Vía Vieja es un punto clave para fotografiar el tren entre los puestos. Encuadra los farolillos celestes sobre las vías, usando un ángulo bajo para captar su elevación. La luz dorada del atardecer suaviza la escena, perfecta para el lanzamiento de farolillos. La Cascada de Shifen ofrece vistas panorámicas; opta por encuadres amplios desde los miradores.

El recorrido en tren antiguo por paisajes verdes funciona, con el encanto peculiar de Houtong. Pero Shifen es una aglomeración comercial, donde la frecuencia limitada del tren implica esperas frustrantes. La venta masiva de farolillos despersonaliza la tradición. La sorpresa fue ver que, pese al caos general, el tren mantuvo una puntualidad asombrosa.

Alquilar sillas de ruedas o scooters motorizados directamente en las estaciones de la línea Pingxi es difícil. La disponibilidad es limitada; busque farmacias o tiendas de equipos médicos en Ruifang o Houtong. Pregunte en su alojamiento o en la oficina de turismo local para verificar opciones y contactos. Los precios diarios, si se encuentran, suelen rondar los 300-500 TWD.

Recorre la línea en un tren antiguo, serpenteando por paisajes montañosos. En Shifen, liberas linternas de papel con deseos escritos, observándolas ascender al cielo. Paseas por las vías férreas activas, explorando pueblos con mercados y puestos de comida. Descubre Houtong, el pueblo de los gatos, donde felinos amigables vagan libremente entre los visitantes.

¡Hola, exploradores! Hoy nos subimos a un tren que te transportará a un rincón mágico de Taiwán.

El traqueteo del tren de la línea Pingxi es una banda sonora que te envuelve, llevándote a través de valles cubiertos de una vegetación exuberante. En Shifen, el aire se carga con la emoción colectiva de cientos de deseos ascendiendo al cielo. No es solo la vista de las linternas flotando como estrellas diurnas; es la calidez del papel bajo tus dedos mientras escribes, el humo dulce de la cera y la risa compartida con extraños mientras las sueltas. Más adelante, en Houtong, el maullido suave de los felinos te da la bienvenida, y el silencio solo se rompe por el sonido del río Keelung fluyendo tranquilamente bajo los puentes. Las vías, aún activas, se convierten en un paseo improvisado, donde el silbido lejano del tren te avisa para apartarte. El olor a carbón húmedo y musgo, vestigio de la historia minera de la zona, se adhiere sutilmente al aire en los tramos más remotos de la línea, un detalle que pocos notan entre el bullicio. Cada parada revela una faceta distinta: desde la majestuosidad de la cascada de Shifen, donde el agua pulverizada refresca el ambiente, hasta los pequeños puestos de comida que desprenden aromas a fideos y té oolong, creando una sinfonía olfativa que te invita a probarlo todo.

Así que ya sabes, si buscas una experiencia auténtica, ¡la línea Pingxi te espera! ¡Nos vemos en el próximo destino!

Caminar sobre las vías activas del tren Pingxi es un riesgo grave; manténgase siempre en zonas peatonales seguras. Los trenes transitan con regularidad y sin previo aviso; preste máxima atención al cruzar y respete las señales. La liberación de linternas celestes conlleva peligro de incendio forestal; use solo áreas designadas y supervisadas. Evite las aglomeraciones en fines de semana para reducir el riesgo de accidentes y facilitar una experiencia segura.

Sí, los amantes de las aves disfrutan la Línea Pingxi por su entorno boscoso. Se avistan el barbet de Taiwán por su canto "coo-coo-coo" y la sibia de orejas blancas. Los senderos adyacentes a la vía entre Sandiaoling y Dahua ofrecen lugares tranquilos para la observación. Las primeras horas matutinas o el crepúsculo, en primavera u otoño, son óptimos.