¡Hola, exploradores! Hoy nos teletransportamos a un rincón de Roma donde la verdad y la leyenda se tocan: la Piazza della Bocca della Verità. Aquí, cada piedra tiene una historia y cada sombra un secreto.
Imagina que llegas. Puedes sentir el aire vibrar con siglos de historias mientras te acercas a lo que parece ser una antigua iglesia. El suelo bajo tus pies es de adoquín, ligeramente irregular, pero te guía. De repente, lo sientes: el frío de la piedra milenaria, el murmullo de las voces que se apagan y se encienden a tu alrededor. Y ahí está, en un pórtico, mirándote fijamente: la imponente Bocca della Verità. Su tacto es áspero y frío, como un pedazo de tiempo solidificado. Puedes casi oler el musgo y el polvo de siglos. Cuando introduces tu mano, la piedra te envuelve, y por un instante, el silencio se hace más profundo, mientras tu corazón late un poco más rápido. ¿Serás digno de su juicio?
Para acercarte a la Bocca della Verità y vivir esa pequeña adrenalina, normalmente hay una fila. Es corta y suele moverse rápido, así que no te desanimes. La entrada es simbólica, casi como una donación para el mantenimiento del lugar, unos pocos euros que valen la pena por la experiencia y la foto. El personal es amable y te ayuda a hacer la foto perfecta con la mano dentro de la boca. Una vez que has comprobado tu honestidad (o al menos lo has intentado), date un respiro y mira alrededor, porque la plaza tiene mucho más que ofrecer.
Al salir del pórtico, te envuelve de nuevo el sol de Roma y el sonido del agua. Justo en el centro de la plaza, una fuente barroca te invita a acercarte, con el murmullo constante de sus chorros creando una banda sonora relajante. Alrededor, dos templos antiguos, el Templo de Hércules Víctor y el Templo de Portuno, se alzan majestuosos. Puedes tocarlos, sentir la textura rugosa de la piedra, calentada por el sol, y notar las imperfecciones y marcas del tiempo. Cierra los ojos un momento y escucha: el chapoteo del agua, el suave zumbido del tráfico lejano, el murmullo de la gente en diferentes idiomas. Es un abrazo sensorial a la historia.
Un pequeño consejo de amiga: el suelo de la plaza, especialmente cerca de la fuente y los templos, puede ser un poco traicionero. Los adoquines son antiguos y, en algunos puntos, están bastante desgastados o con desniveles. Si ha llovido, o si la fuente ha salpicado, algunas zonas pueden estar resbaladizas. Así que, aunque quieras ir mirando los templos o la Bocca, recuerda mirar también dónde pisas. Un buen calzado con suela antideslizante es tu mejor aliado aquí para evitar tropiezos inesperados.
Finalmente, y esto es importante, como en cualquier lugar turístico con mucha afluencia, estate atento a las personas a tu alrededor. A veces verás grupos de personas que intentan distraerte o te ofrecen "ayuda" con el objetivo de venderte algo que no necesitas o, peor, de intentar un despiste para el carterismo. Si alguien se acerca de forma inusual, te ofrece algo "gratis" o te pide que firmes algo, lo mejor es sonreír, decir un firme "no, grazie" y seguir tu camino. Mantén tus pertenencias a la vista y bien seguras, especialmente cuando estés en la fila o haciendo fotos. La mayoría de la gente es maravillosa, pero es bueno estar prevenido.
¡Hasta la próxima aventura!
Ana de Roma