¡Hola, exploradores! Hoy os llevo a un rincón con historia en las Highlands.
Encaramado majestuosamente sobre un promontorio de arenisca rojiza que domina el río Ness, el Castillo de Inverness no susurra historias de asedios medievales desde muros desmoronados. En cambio, su cálida fachada de tonos rojizos, una maravilla victoriana, se alza como un centinela, observando en silencio el bullicio de la ciudad moderna a sus pies. Desde su posición elevada, las vistas panorámicas se despliegan: un tapiz de colinas verdes, el río serpenteante y la lejana extensión del fiordo de Moray. El aire fresco de las Highlands trae el tenue aroma a pino y tierra húmeda, un marcado contraste con el vibrante zumbido del centro urbano.
Actualmente, alberga el Tribunal del Sheriff, su digna presencia un símbolo de orden en medio de siglos de historia turbulenta. Se sienten las capas del tiempo bajo la piedra pulida, imaginando la importancia estratégica que este lugar ha tenido. Su verdadera relevancia no reside solo en su arquitectura actual, sino en los ecos de lo que existió antes. Imaginad: en 1746, justo antes de la Batalla de Culloden, las fuerzas jacobitas, buscando evitar su uso por las tropas británicas, volaron deliberadamente el castillo anterior aquí. Ese acto de destrucción, una desesperada maniobra estratégica, selló su lugar en la dramática saga de los levantamientos jacobitas, marcando este promontorio como un punto fundamental en la historia escocesa. La estructura actual, aunque moderna, hereda ese profundo legado, un guardián silencioso de la resiliencia de las Highlands.
¡Seguid descubriendo los secretos de Escocia!