Los senderos de Nuestra Señora del Líbano son de hormigón liso, con tramos ocasionales de adoquín decorativo. Su anchura es generosa, permitiendo el paso cómodo de varios visitantes simultáneamente. Presentan una pendiente gradual pero constante, diseñada para una ascensión sin esfuerzo excesivo. Esta configuración direcciona naturalmente el flujo hacia la cima del santuario, ofreciendo vistas panorámicas en cada tramo.

Al atardecer, el aire se vuelve templado con brisa marina y la multitud se torna serena. Las mañanas tempranas ofrecen un silencio reverente, solo interrumpido por susurros devotos. En primavera, la temperatura es perfecta y los visitantes, mayormente locales, buscan contemplación. La atmósfera nocturna, con luces distantes, induce una quietud profunda, ideal para la reflexión.

¡Hola, amantes de la aventura! Hoy nos elevamos hacia un lugar donde el cielo y el mar se funden en una promesa de paz.

Al ascender por el teleférico de Harissa, la imponente silueta de Nuestra Señora del Líbano emerge, una figura de un blanco inmaculado con los brazos extendidos, como si abrazara toda la costa. Desde sus pies, la bahía de Jounieh se despliega en una curva perfecta, un lienzo azul profundo salpicado por el verde de las montañas y el vibrante mosaico de las ciudades costeras. Es un santuario de serenidad, donde el murmullo del viento se mezcla con el silencio reverente de los visitantes, invitando a la contemplación. La basílica moderna, con su diseño singular, contrasta armoniosamente con la grandiosidad natural. Este sitio no es solo un punto de peregrinación; es un faro de esperanza. Durante los años más oscuros de la guerra civil libanesa, mientras el conflicto desgarraba el país, la estatua de la Virgen en Harissa permaneció intacta, un símbolo constante de unidad y resistencia para todos los libaneses, sin importar su credo. Su presencia inalterable ofrecía un consuelo silencioso y una promesa de que la paz, algún día, regresaría.

Así que, la próxima vez que te encuentres en el Líbano, no dejes de visitar este balcón al alma del país. ¡Hasta la próxima escapada!

Frente a la imponente estatua de Nuestra Señora, los visitantes se detienen naturalmente para capturar su magnitud contra el telón de fondo de la bahía. Encuadre la figura completa incluyendo el pedestal, con la costa de Jounieh extendiéndose abajo para una perspectiva amplia. La luz dorada de la tarde, justo antes del atardecer, baña la estatua y el Mediterráneo en tonos cálidos, ideal para retratos y paisajes. Desde la plataforma superior, capture la vasta panorámica de la bahía y la ciudad, preferiblemente a media mañana para una claridad visual óptima y colores vibrantes.

La vista desde Nuestra Señora del Líbano sobre la bahía de Jounieh es sublime, el punto fuerte indiscutible. No obstante, la basílica moderna adyacente carece de alma, sintiéndose más funcional que espiritual. El acceso por teleférico, aunque icónico, resulta a menudo lento y con colas caóticas. La sorpresa fue la intensa mercantilización del sitio, que a veces opaca su propósito devocional.

Para alquilar una silla de ruedas o scooter cerca de Notre Dame du Liban, las farmacias locales suelen ser el punto de partida. Pregunta en cualquier farmacia grande de Harissa o Jounieh; muchas ofrecen alquiler o te dirigirán a un proveedor. Los precios varían, pero una silla manual ronda los 10-20 USD diarios; los scooters son más caros. También puedes contactar con hoteles cercanos de mayor categoría, a veces tienen servicios o contactos.

Se asciende en teleférico desde Jounieh, sintiendo la brisa al ganar altura sobre la bahía. Dentro de la capilla, se encienden velas votivas o se observa la devoción silenciosa de los peregrinos. Desde la base de la estatua, se contempla una panorámica ininterrumpida de la costa y las montañas. Muchos dejan pequeñas ofrendas o simplemente meditan en los bancos exteriores con vistas al mar.

¡Hola, exploradores del mundo!

Al llegar a Nuestra Señora del Líbano, la vista te abraza antes incluso de que la imponente estatua de la Virgen te reciba. Ascendiendo por el teleférico desde Jounieh, el mar Mediterráneo se despliega como un zafiro gigante bajo un cielo infinito, y las montañas libanesas se alzan majestuosas, pintadas con tonos ocres y verdes. Una vez arriba, la silueta blanca de la Virgen, brazos abiertos, parece custodiar no solo la bahía, sino cada alma que busca consuelo. El aire aquí es una mezcla fresca de brisa marina y el aroma terroso de los pinos circundantes, una fragancia que purifica los pulmones y el espíritu. Entrar en la pequeña capilla, incrustada en la roca, es sumergirse en un remanso de paz. La luz tenue se filtra por ventanas discretas, iluminando los exvotos y las velas que parpadean en un coro silencioso de esperanzas y agradecimientos. Pero detente un momento, más allá del murmullo de las oraciones y el suave tintineo de las medallas al viento. Pocos notan el *susurro constante* que emana de un pequeño rincón a la izquierda de la entrada principal de la iglesia superior, donde una pequeña abertura parece capturar y amplificar el sonido del viento chocando contra las rocas milenarias. No es el viento general, sino una especie de lamento sereno, una voz antigua que parece contar las historias de siglos de devoción. Es un eco de la montaña misma, un recordatorio de que este lugar es tan parte de la tierra como del cielo. Los pies descalzos de algunos peregrinos sobre el mármol pulido añaden una nota de humildad al ambiente, conectando lo divino con lo terrenal.

Así que la próxima vez que te encuentres en Líbano, tómate un momento para escuchar. ¡Hasta la próxima aventura!

La exposición solar en Harissa es intensa; imprescindible protector y sombrero, especialmente en verano. Las aglomeraciones, sobre todo fines de semana, congestionan el teleférico y las escalinatas de acceso. Visita a primera hora o en días laborables para evitar largas esperas y disfrutar con calma. Usa calzado cómodo para las pendientes y escaleras, y mantente siempre atento a tus pertenencias en zonas concurridas.

Aunque no es un santuario ornitológico, Notre Dame du Liban ofrece oportunidades para observar aves urbanas y costeras. Escuchará tórtolas turcas, gorriones comunes y vencejos, especialmente en primavera. Los caminos laterales con vegetación, lejos de la escalinata principal, son los puntos más serenos. Visitar al amanecer o atardecer maximiza la actividad aviar y la quietud del lugar.