¡Hola, explorador! Hoy te llevo a un lugar en Phuket donde tus sentidos son tus verdaderos ojos: el Museo Trickeye.
Imagina que te adentras en un mundo donde tus manos, tus oídos y tus pies son tus guías principales. Al cruzar el umbral, sientes un cambio en el aire, quizás un poco más fresco, un eco lejano de risas. No hay carteles que leer, solo el espacio que se abre ante ti. Tu bastón o tus pies te guían sobre una superficie lisa al principio, pero pronto notarás cómo el suelo puede cambiar. A veces, sentirás que se inclina o se eleva, aunque sabes que es plano. Es la magia del lugar, pero también una señal para que tus pasos sean siempre firmes y conscientes. Escuchas a la gente moverse, sus pasos resuenan de formas inesperadas. A veces, oirás un "¡oh!" o una risa sorprendida, y sentirás la vibración de alguien saltando o apoyándose en una pared que, al tacto, es solo una superficie plana, pero al oído, parece sostener un peso.
Avanzas y tus manos se encuentran con texturas diferentes. Una pared que parece rugosa y rocosa al tacto, pero que, por el sonido de otros, sabes que esconde una cascada virtual. Puedes casi sentir la bruma fresca en tu piel si te acercas lo suficiente. Luego, el suelo puede volverse liso y brillante bajo tus pies, como si caminaras sobre hielo o agua. Es justo aquí donde tienes que poner especial atención. Aunque no veas el brillo, tus pies notarán la diferencia. Imagina que el agua te rodea, te invita a tocarla, pero es una trampa visual. Este es uno de esos puntos donde la superficie puede ser resbaladiza de verdad, ya sea por el material o por la humedad del ambiente. Más adelante, tus pies pueden tropezar con lo que parecen ser 'piedras' o 'escalones' irregulares, parte de una escena callejera pintada en el suelo. No son piedras reales, pero la superficie está diseñada para crear esa sensación de desnivel. Tus pies te dirán que no es un camino liso, así que levántalos bien. Escucharás el eco de tus propios pasos, a veces amortiguados, a veces resonando con más fuerza, dependiendo de la 'escena' en la que te encuentres. Siente las corrientes de aire al pasar por las aberturas o los espacios más grandes.
Ahora, un consejo práctico, como si te lo estuviera diciendo por mensaje de texto: para que disfrutes al máximo y con seguridad, el calzado es clave. Olvídate de las chanclas o sandalias sueltas. Ponte algo cerrado y con buena suela antideslizante. Dentro del museo, aunque te sientas inmerso, mantente consciente de tu entorno. Las superficies que imitan agua o hielo *pueden* ser resbaladizas de verdad, no solo una ilusión. Y esos 'escalones' o 'adoquines' irregulares en el suelo son parte del arte, pero tus pies los sentirán como desniveles reales. Camina con calma y levanta bien los pies. Una vez fuera, en las calles de Phuket, el ambiente cambia. La energía es palpable, los sonidos de los tuk-tuks y los vendedores llenan el aire. Pero, ojo, aquí es donde entra la precaución con las 'trampas' de la calle. No te confíes si alguien se acerca ofreciéndote una oferta increíble para un tuk-tuk o un tour. A menudo, te llevarán a tiendas de joyas o sastrerías donde sentirás la presión para comprar. Tus oídos te dirán si la conversación es demasiado insistente o si el trato suena demasiado bueno para ser verdad.
Si necesitas un tuk-tuk, es mejor negociar el precio antes de subir, y si es posible, pregunta en tu hotel cuánto debería costar el trayecto para tener una referencia. No dejes que te convenzan de que un lugar está 'cerrado' o 'no disponible' si sabes que quieres ir allí. Mantén tus pertenencias cerca y seguras. En lugares concurridos, como mercados o estaciones, sentirás a mucha gente cerca de ti. Asegúrate de que tu cartera y tu teléfono estén en un lugar seguro, donde no puedan ser fácilmente accesibles. Y sobre todo, confía en tu instinto. Si una situación te parece extraña, si la voz de alguien suena demasiado amable o demasiado insistente, es mejor ser precavido y retirarse. La mayoría de la gente en Phuket es amable y servicial, pero como en cualquier lugar turístico, siempre hay quienes buscan aprovecharse. Disfruta de los aromas de la comida callejera, el murmullo de la gente y el calor del sol en tu piel. Phuket es increíble, solo hay que explorarla con los sentidos bien abiertos y un poco de cautela.
¡Hasta la próxima aventura!
Léa de la carretera