¿Alguna vez has soñado con tocar el cielo? En Gold Coast, no es solo un sueño, es una sensación que te envuelve en el SkyPoint Observation Deck. Imagina que el ascensor te eleva, rápido, tan rápido que sientes un ligero vacío en el estómago, como una burbuja que sube. Luego, las puertas se abren y, de repente, *estás* ahí, suspendido. No es solo una vista, es una inmensidad que te golpea. Siente el cambio en la presión, casi imperceptible, y el aire, que aunque estés dentro, parece más ligero, más puro. El sol, si es de día, te inunda, y si es al atardecer, pinta el cristal con tonos cálidos que casi puedes saborear. Cierras los ojos y, por un segundo, te sientes flotar por encima de todo el bullicio, solo tú y el horizonte infinito.
Y si te atreves a llegar antes de que abran las puertas al público, o si tienes la suerte de quedarte un poco más tarde, sentirás algo que solo los locales notan. El silencio es diferente, no es solo ausencia de ruido, es una quietud profunda. Si te detienes y *escuchas* de verdad, por encima del zumbido constante y casi imperceptible del edificio, oirás algo que los habitantes de la Gold Coast reconocen: el *susurro prolongado del océano*, no como un rugido, sino como un aliento profundo y rítmico de la marea, filtrándose suavemente a través del cristal. Es la Gold Coast despertando o despidiéndose, una melodía que solo escuchas cuando el bullicio humano aún no ha llegado. Y el aire... huele a limpio, a sal marina, a la promesa de un día nuevo o al recuerdo de uno que termina, un aroma que se pierde en cuanto la gente empieza a llenar el espacio.
Para que lo vivas al máximo, te doy un tip: el mejor momento para subir es al amanecer o al atardecer. Los colores son una locura, y la luz, mágica. Las entradas las compras online, siempre es mejor reservar para evitar colas, especialmente si vas en temporada alta. El acceso es súper fácil, está en el corazón de Surfers Paradise, así que puedes llegar andando si te alojas cerca, o en transporte público (tranvía G:link hasta la estación de Surfers Paradise y un corto paseo).
Una vez arriba, no te quedes solo pegado al cristal. Hay un café con comidas ligeras y una barra por si te apetece un cóctel mientras el sol se pone. Lleva unos prismáticos si tienes, la vista de los surfistas y las playas lejanas es increíble. Y no olvides tu cámara, claro, pero tómate un momento para simplemente *estar*, sin filtros ni pantallas. Siente la inmensidad.
Puedes combinar tu visita a SkyPoint con un paseo por la playa de Surfers Paradise, que está justo debajo, o con una sesión de compras en los alrededores. Es una actividad perfecta para empezar el día con energía o para terminarlo de forma inolvidable. Te recomiendo que, si vas por la mañana, después bajes y desayunes algo rico en alguno de los cafés de la zona, sintiendo la brisa marina ya a pie de calle.
Max en movimiento