Los senderos son principalmente de grava compactada y adoquines, con un ancho cómodo para el paso de dos personas. Presentan suaves pendientes que se adaptan al terreno montañoso, sin desniveles abruptos. Serpean entre la vegetación densa, conectando terrazas y puntos de observación estratégicos. Estos caminos circundan el castillo, revelando vistas panorámicas cambiantes de su arquitectura y el entorno natural.

El otoño revela la mejor faceta del Castelul Pelișor. El aire fresco y nítido trae consigo el aroma a pino del bosque circundante. Un silencio envolvente, roto solo por el murmullo del viento, invita a la introspección. Los pocos visitantes se mueven con una calma reverente, inmersos en la atmósfera regia.

¡Hola, exploradores! Hoy nos adentramos en un rincón de Transilvania que te robará el aliento.

A escasos pasos del majestuoso Peles, se alza el Castelul Pelișor, un hermano menor que, lejos de ser opacado, brilla con su propia luz. Su arquitectura Art Nouveau, con sus líneas orgánicas y tejados esbeltos, se integra armónicamente en el verde de los Cárpatos, ofreciendo una visión más íntima y menos imponente que su vecino. Al cruzar su umbral, el ambiente cambia; una luminosidad etérea baña los espacios, reflejando el espíritu artístico y la feminidad de la Reina María, quien lo concibió como su hogar soñado.

La célebre Cámara Dorada es el corazón palpitante de Pelișor, un espectáculo visual donde miles de hojas de cardo doradas, emblema escocés de la reina, tapizan las paredes y el techo en un intrincado relieve, creando un efecto de brillo constante que te envuelve. Adyacente, la capilla bizantina, con sus vitrales que filtran la luz en tonos místicos, invita a la contemplación serena. Cada rincón revela la pasión de María por los detalles, desde el mobiliario vienés hasta los paneles de madera rumana tallada, como el sicomoro y el arce, que dan calidez a los estudios y dormitorios. Los jardines, con vistas panorámicas a las montañas, completan un santuario personal que fusiona la elegancia europea con la artesanía local.

Se dice que la Reina María, la 'Reina Madre' de Rumanía y figura clave en la unificación del país, lo consideraba su verdadero hogar, su refugio personal. Fue aquí, en su amada Cámara Dorada, donde pasó sus últimos días, con el resplandor cálido de los cardos dorados que adornan las paredes, un tributo a su linaje escocés, envolviéndola en su despedida. Este lugar no es solo arquitectura; es el eco de una vida dedicada al arte y a una nación.

Hasta la próxima aventura, viajeros. ¡No dejéis de soñar y explorar!

La mayoría se detiene frente a la fachada principal, capturando la torre y los detalles Art Nouveau. Desde el jardín inferior, un encuadre ascendente con el castillo entre los árboles es muy buscado. Para la mejor luz, visita a media mañana o al final de la tarde, durante la hora dorada. Esto suaviza las sombras y realza los tonos cálidos de la piedra y las decoraciones exteriores.

La arquitectura Art Nouveau de Pelisor es cautivadora, especialmente su diseño interior. Las visitas guiadas resultan demasiado rápidas, impidiendo una apreciación profunda de los detalles. Me sorprendió su atmósfera íntima y personal, un marcado contraste con la opulencia de Peles. Ofrece una ventana auténtica a la vida familiar de la realeza, no solo a su poder.

Para alquilar una silla de ruedas o scooter cerca de Pelișor, pregunta en tu alojamiento de Sinaia o en el centro de información turística. Es poco probable encontrar alquileres directos en el pueblo; las ortopedias en Brașov son una mejor opción. Contacta a estas tiendas con antelación para preguntar por disponibilidad y tarifas diarias. Los precios suelen oscilar entre 10 y 25 euros por día.

Recorres los salones impregnados del espíritu Art Nouveau y la visión personal de la Reina María. Te detienes en el Salón Dorado, donde cada hoja de tilo tallada reluce bajo la luz. Admiras la intrincada mezcla de motivos celtas, bizantinos y rumanos en su mobiliario y vidrieras. Sientes la intimidad de un hogar real, lejos de la pompa de Peles, pero lleno de arte y calidez.

¡Hola, viajeros! Hoy nos adentramos en un rincón de Transilvania donde la realeza se sintió en casa, pero con un toque muy personal.

Al cruzar el umbral de Castelul Pelișor, te envuelve una atmósfera de intimidad regia, muy distinta al grandioso Peles. Aquí, el Art Nouveau florece en cada detalle, transformando un castillo en un hogar vibrante. La luz se filtra a través de vitrales emplomados, proyectando patrones dorados y esmeralda sobre las paredes revestidas de madera clara, donde el roble y el arce danzan en motivos celtas y bizantinos. Las estancias, diseñadas con la visión artística de la Reina María, irradian una calidez inesperada. Los techos, como el de la 'Sala Dorada', son una explosión de hojas de tilo talladas y bañadas en oro, creando un efecto casi místico que te hace levantar la vista una y otra vez. Cada mueble, desde las sillas tapizadas con motivos florales hasta los armarios incrustados, cuenta una historia de artesanía rumana y diseño moderno.

Pero más allá del brillo, busca el rincón menos obvio. En el estudio de la Reina, junto a la ventana que da al bosque, si agudizas el olfato, a veces percibirás una tenue fragancia a lilas secas, casi imperceptible. Es un vestigio olfativo de sus arreglos florales, un eco sutil de su presencia artística y su amor por la naturaleza, que pocos detectan entre la opulencia. Los dormitorios infantiles, con sus diminutos muebles y juguetes de época, ofrecen una conmovedora ventana a la vida familiar de la monarquía, lejos del protocolo. Es un lugar donde la historia se siente tangible, casi respirable, invitándote a imaginar la risa de los pequeños príncipes y princesas entre estas paredes adornadas con cerámica de Bursuc.

¡Hasta la próxima aventura!

Evita las aglomeraciones llegando a primera hora o en temporada baja; las colas pueden ser extensas. Ten precaución con los suelos de madera pulida y las escaleras empinadas. Usa calzado cómodo y con buen agarre para prevenir resbalones. Verifica siempre los horarios y días de cierre inesperados en su sitio web antes de tu visita.

Sí, el entorno boscoso de Pelisor lo hace ideal para los observadores de aves. Es común escuchar trinos de carboneros, pinzones y mirlos entre la arboleda. Los senderos menos concurridos y las orillas del arroyo ofrecen rincones perfectos para la escucha tranquila. La mañana temprana o el crepúsculo maximizan la oportunidad de avistamientos y cantos sin interrupciones.