¡Hola, exploradores del alma! Prepárense para sentir un lugar que se te mete en la piel y te hace vibrar. Hoy, vamos a pasear por Paradise Beach en Mykonos, no como turistas, sino como si estuviéramos allí, sintiendo cada pulso.
Imagina que tus pies descalzos se hunden en una arena que, de alguna forma, nunca está del todo fría, siempre conserva un calor residual del sol griego. Escuchas el murmullo de las olas, un sonido constante y rítmico que se mezcla, casi imperceptiblemente al principio, con un bajo lejano, un *thump-thump* que te llega desde el pecho. El aire huele a sal, a protector solar y a una dulzura cítrica, como de cóctel recién preparado. Sientes el sol en tu piel, una manta cálida y persistente que te invita a relajarte. Caminas hacia el centro de ese sonido, y con cada paso, la vibración aumenta, se vuelve más definida. Es el ritmo de Mykonos, entrando en tu cuerpo, invitándote a soltarte.
A medida que te adentras, el bajo se convierte en música, potente, envolvente. Ya no es un murmullo; es una oleada de sonido que te envuelve por completo. Sientes la risa de la gente a tu alrededor, el tintineo de los vasos, el chapoteo ocasional del agua. La brisa marina, que hasta ahora te acariciaba, parece ahora danzar con el ritmo de la música, trayendo consigo el aroma de la piel cálida y el entusiasmo colectivo. Si cierras los ojos, podrías sentir cómo la energía de este lugar te levanta, te mece, te invita a moverte al compás de algo más grande que tú. Es una sensación de libertad pura, de estar vivo y sin preocupaciones, donde cada célula de tu cuerpo parece alinearse con la euforia del ambiente.
Ahora, pasemos a lo práctico, como si te estuviera enviando un audio rápido. Llegar a Paradise Beach es bastante sencillo. Desde Mykonos Town (Chora), puedes tomar un autobús público, son frecuentes y te dejan justo en la entrada de la playa. También hay taxis, pero suelen ser más caros, especialmente en temporada alta. Si estás en alguna de las playas cercanas como Platis Gialos o Ornos, puedes optar por un taxi acuático, que es una experiencia divertida y te da una perspectiva diferente de la costa. El mejor momento para ir depende de lo que busques: si quieres un ambiente de fiesta total, ve por la tarde, a partir de las 16:00 h, cuando la música sube de volumen y la energía es máxima. Si prefieres algo más tranquilo para nadar y tomar el sol, la mañana es perfecta antes de que llegue la multitud. En cuanto a precios, espera que las bebidas y la comida en los beach clubs sean bastante caras. Un cóctel puede rondar los 15-20 euros, y las tumbonas con sombrilla suelen tener un coste de alquiler diario, que varía según el club y la fila.
Un par de consejos más para que tu experiencia sea top. Si planeas pasar el día en uno de los beach clubs principales como Tropicana o Cavo Paradiso, considera reservar tumbonas con antelación, especialmente en julio y agosto, ya que se llenan rápidamente. Lleva siempre protector solar, gafas de sol y un sombrero, el sol griego no perdona. Aunque hay restaurantes y bares en la playa, llevar una botella de agua reutilizable es una buena idea para mantenerte hidratado. El calzado ideal son unas chanclas o sandalias cómodas, ya que caminarás mucho por la arena y quizás por alguna pasarela de madera. Y, finalmente, ten en cuenta que Paradise Beach es conocida por su ambiente de fiesta, así que si buscas paz y tranquilidad, quizás no sea tu mejor opción. Pero si quieres bailar, socializar y sentir la vibración de Mykonos, ¡este es tu lugar!
¡Nos vemos en la próxima aventura!
Olya from the backstreets.