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Visión general
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¡Hola, viajeros! Hoy os llevo a un paseo único por las murallas de Lucca.
Al ascender a las Murallas, una brisa suave te envuelve de inmediato, elevándote por encima del bullicio urbano. Bajo tus pies, el camino alterna entre adoquines lisos y tierra compacta, ofreciendo una pisada firme y un ritmo constante, una cadencia tranquila que invita a la reflexión mientras avanzas.
Desde esta altura, la ciudad te susurra. Escuchas el eco distante de voces, el repique amortiguado de campanas que marcan las horas, y el suave rodar de bicicletas por las plazas. El sonido dominante, sin embargo, es el susurro verde de las hojas de los plátanos centenarios, un acompañamiento natural que filtra el mundo.
El aire trae consigo aromas terrosos, a hierba recién cortada de los prados que flanquean el camino, y una pizca de dulzura floral en primavera. Si extiendes la mano, el ladrillo del parapeto es áspero y cálido bajo el sol, una textura que te conecta con los siglos de historia, mezclándose a veces con el tenue olor a café tostado que asciende desde abajo.
El suave vaivén del paseo, interrumpido solo por el zumbido ocasional de una bicicleta que te adelanta con un "permiso" amable, crea una danza tranquila. Las risas claras de los niños que corretean por el césped cercano añaden alegría. Aquí, el tiempo parece ralentizarse, un refugio elevado donde cada paso es una meditación circular, un viaje sensorial que te abraza por completo.
¡Hasta la próxima aventura!
Las Mura di Lucca presentan un camino superior ancho, mayormente de gravilla compacta, apto para sillas de ruedas. Los accesos disponen de rampas que eliminan umbrales, aunque algunas pendientes son suaves. El flujo de visitantes es variable, pero el amplio espacio permite un tránsito generalmente cómodo. No hay personal dedicado en las murallas, pero la infraestructura urbana circundante suele ser servicial con la movilidad reducida.
¡Hola, viajeros! Hoy os llevo a un lugar donde el tiempo parece detenerse, las Mura di Lucca.
Más allá de ser un simple paseo, para los luqueses, las murallas son un santuario matutino. No buscan la foto perfecta al mediodía, sino la calma del amanecer, cuando el aire aún huele a rocío y el sol tiñe de melocotón los tejados. Saben que el tramo entre Baluardo San Martino y San Frediano es ideal para sentir el fresco de los plátanos centenarios, cuyas copas forman un túnel verde que filtra la luz, creando un juego de sombras danzantes sobre el pavimento ligeramente irregular. Es aquí donde el sonido de las campanas de la ciudad sube amortiguado, mezclándose con el canto de los mirlos y el susurro de las hojas.
También te dirán que la verdadera magia no está en las vistas panorámicas obvias, sino en los pequeños detalles: el musgo que se aferra a las piedras más antiguas, las discretas marcas de los antiguos cañones, o el rincón exacto en el Baluardo Santa Maria donde una brisa constante te regala el aroma de los jardines interiores. Los ciclistas locales, en sus primeras vueltas, no solo esquivan a los turistas, sino que conocen cada pequeña ondulación del camino, cada banco estratégico para un respiro rápido, y el punto exacto donde la vista se abre para ver los Alpes Apuanos difuminarse en la distancia en días claros. Es una extensión de su hogar, un pulmón verde donde la vida fluye a otro ritmo.
¡Hasta la próxima aventura!
Inicia el recorrido en Porta Santa Maria; omite el tramo norte cerca de Porta Sant'Anna, es menos escénico. Guarda el Baluardo San Martino para el final; las vistas al atardecer sobre los tejados son inmejorables. Me encanta el contraste del verde frondoso de los árboles con la piedra antigua de la muralla. La perspectiva elevada ofrece una tranquilidad única de la ciudad, alejada del ajetreo de las calles.
Visita temprano por la mañana o al atardecer para evitar multitudes y la mejor luz. Alquila una bicicleta y dedícale dos horas para recorrer los 4 km completos sin prisas. Hallarás varios cafés estratégicamente ubicados con vistas y baños públicos accesibles en los bastiones. No te pierdas las impresionantes panorámicas de la ciudad desde lo alto.



