El Alma de Brick Lane: Caminando por Old Truman Brewery

Imagina que tus pies tocan el suelo de la Old Truman Brewery. No es un camino uniforme, para nada. Sientes cómo la textura cambia constantemente bajo tus suelas, como si el suelo mismo te contara su historia. A veces, es el asfalto liso de una calle principal, pero muy a menudo, tus pasos resuenan sobre adoquines centenarios. ¿Escuchas ese sonido? Un clic rítmico, un eco que te envuelve, recordándote la historia industrial de este lugar. Estos adoquines no son solo piedras; son la historia misma de Londres bajo tus pies, irregulares, sí, pero con un carácter inconfundible que te guía.

Caminas, y de repente, el camino se estrecha. Sientes cómo las paredes de ladrillo, rugosas si pasaras la mano por ellas, te envuelven, creando un callejón acogedor, casi secreto. El murmullo de la gente se amortigua, el aire se vuelve más íntimo, y quizás notes un tenue aroma a café o a especias de los puestos cercanos. Luego, el callejón se abre, y sientes la expansión del espacio, el aire fresco en tu cara, y el bullicio de un patio central te envuelve de nuevo, con el eco de voces y risas rebotando en los edificios altos. Es como un laberinto sensorial: cada giro te lleva a una nueva textura, un nuevo sonido, una nueva sensación, invitándote a explorar, a perderte un poco para encontrarte en algo nuevo.

Un pequeño consejo práctico: lleva calzado cómodo. Entre los adoquines y la cantidad de terreno que vas a recorrer (¡es más grande de lo que parece!), tus pies te lo agradecerán. Hay un montón de pasadizos y patios, algunos cubiertos y otros al aire libre, así que prepárate para una mezcla de ambientes. No te preocupes si te sientes un poco desorientado al principio; es parte de la diversión. Simplemente déjate llevar por el ambiente y curiosea por cada rincón. Es un lugar que te invita a la exploración sin un destino fijo, solo a disfrutar el viaje.

¡Hasta la próxima aventura!

Olya desde los callejones

¿Cuándo se siente mejor la Old Truman Brewery de Londres? No es solo un mes, es una *sensación*.

Imagina que es un sábado o domingo a finales de primavera, digamos mayo o principios de junio. El aire ya no pica, pero tampoco asfixia. Al caminar por Brick Lane y acercarte a la entrada, sientes una brisa suave en la piel, una que te promete un día lleno de descubrimientos.

Lo que hueles: Es una explosión de aromas. Primero, el dulzor tostado del café recién molido que se mezcla con el pan horneado de alguna panadería artesanal. Luego, a medida que te adentras en los mercados de comida, el aire se impregna con el picante exótico de un curry, el aroma ahumado de una barbacoa coreana, y el dulzor tentador de los postres veganos. Hay una nota sutil, casi imperceptible, de lúpulo y levadura que te recuerda la historia cervecera del lugar.

Lo que oyes: El sonido es un murmullo constante y alegre. Escuchas el bullicio de cientos de conversaciones en decenas de idiomas, risas espontáneas, el tintineo de los vasos y cubiertos en los puestos de comida. De fondo, a menudo hay un DJ pinchando música chill-out o un músico callejero con su guitarra, añadiendo una banda sonora relajada pero vibrante. No es un ruido abrumador, sino una sinfonía de la vida urbana que te envuelve.

Lo que sientes: El sol, si tienes suerte, se cuela entre los edificios de ladrillo y calienta tu rostro. La energía es palpable; sientes una curiosidad contagiosa en el ambiente. La gente camina con un ritmo pausado, disfrutando, mirando cada puesto. El suelo bajo tus pies a veces es adoquinado, a veces asfalto, y te da una sensación de autenticidad, de estar pisando historia viva.

La multitud: La gente es increíblemente diversa. Familias con niños, parejas jóvenes de la mano, grupos de amigos riendo a carcajadas, artistas con sus bocetos, turistas asombrados. Es una mezcla de locales y visitantes, todos buscando algo único. No está abarrotado hasta el punto de ser incómodo, sino que hay un flujo constante, una densidad perfecta que te hace sentir parte de algo grande sin agobiarte.

El clima y el ambiente: Si el día es soleado y cálido, todo se abre. La gente se sienta en las terrazas improvisadas con sus *street food*, la luz inunda los pasillos y los grafitis en las paredes parecen cobrar vida. Es un ambiente de celebración al aire libre. Si el cielo está nublado y hay un poco de llovizna, la energía se retira más hacia el interior. Los mercados cubiertos se vuelven más acogedores, la gente se apiña bajo los techos de cristal, y hay una sensación más íntima, casi conspiradora, de descubrir tesoros ocultos mientras el mundo exterior se vuelve gris. Ambas tienen su encanto, pero para sentir la Truman Brewery en su máxima expresión, con toda su vitalidad y color, un día soleado de finales de primavera es insuperable.

Es como un organismo vivo, respirando y vibrando con cada persona que lo visita.

Clara en Ruta

¡Hola, viajeros y soñadores!

Sintiendo el pulso de Shoreditch

Imagina que tus pies sienten el vibrar del asfalto bajo tus zapatillas, un eco suave de los pasos de miles de personas que han caminado por estas calles antes que tú. A medida que avanzas, el aire se vuelve denso, cargado de un sinfín de olores que bailan y se mezclan: el dulzor especiado de un chai latte recién hecho, el aroma tostado y ligeramente amargo del café recién molido, y de repente, una ráfaga a curry picante que te hace cosquillas en la nariz. Escuchas un murmullo constante, un coro de voces en distintos idiomas, risas que estallan y el suave roce de la ropa de la gente mientras te cruzas con ellos. Si extiendes la mano, casi podrías sentir el calor de los puestos de comida, la textura rugosa de los ladrillos antiguos que te rodean, y el pulso vibrante de la música en vivo que, a veces, se filtra desde algún rincón. Es un lugar donde cada sentido se despierta, te envuelve y te invita a ser parte de su energía cruda y auténtica.

Consejos para tu visita

Mira, para llegar al corazón de Old Truman Brewery en Shoreditch, lo más práctico es usar el metro. La estación de Liverpool Street es la más cercana y te deja a solo unos diez minutos a pie. Una vez allí, prepárate para caminar bastante, porque el complejo es enorme y está lleno de pasadizos y rincones secretos. No te agobies si no lo ves todo; concéntrate en lo que te llame la atención. Y un consejo de amiga: aunque muchos puestos aceptan tarjeta, lleva algo de efectivo. Algunos de los vendedores más pequeños, especialmente los de arte callejero o comida peculiar, a veces solo aceptan monedas, y no querrás perderte ese tesoro único o ese bocado delicioso por no ir preparado.

Una historia con sabor a Londres

Mi abuelo, que de joven trabajó repartiendo mercancías por esta zona, siempre me contaba que cuando la cervecería Truman cerró sus puertas, la gente del barrio pensó que era el fin. Decían que el olor a lúpulo y malta, que antes impregnaba cada calle y se metía hasta en la ropa, desaparecería, y con él, el alma del lugar. Pero mi abuelo sonreía y decía: "Nunca subestimes a Londres, hija. Lo que parece un final, siempre es un nuevo comienzo". Y tenía razón. En lugar de derrumbarse, esos viejos edificios de ladrillo se llenaron de artistas, de diseñadores, de chefs con ideas locas. Es como si el espíritu de la creación, de transformar ingredientes simples en algo maravilloso, nunca se hubiera ido; solo cambió de forma. De fabricar cerveza a fabricar arte, experiencias y sabores. Old Truman Brewery no es solo un edificio; es una prueba de que Londres siempre se reinventa, siempre encuentra una nueva forma de latir.

¡Hasta la próxima aventura!

Olya from the backstreets

¡Hola, trotamundos! Hoy te llevo a un lugar que vibra con el pulso de Londres, un espacio donde cada esquina cuenta una historia: la Old Truman Brewery en el corazón de Shoreditch.

Siente la esencia de Brick Lane

Imagina que tus pies te guían por las calles de Shoreditch, donde el asfalto bajo tus zapatillas se siente distinto, más vivo. A medida que te acercas a la Old Truman Brewery, el aire empieza a cambiar. Primero, sientes la vibración, un murmullo creciente de voces, risas y la tenue melodía de algún músico callejero que se filtra entre los edificios. Luego, tu nariz capta un sinfín de aromas: el dulce y especiado perfume de la comida callejera de todas partes del mundo –curry indio, fideos tailandeses, el humo de una barbacoa– mezclado con el aroma a café recién molido y el toque terroso del ladrillo antiguo.

Caminas entre la multitud, y aunque no puedas verlos, sientes a la gente a tu alrededor: el roce suave de una manga, el calor de otros cuerpos. Las paredes de ladrillo rojo, rugosas al tacto, te envuelven, contándote historias de un pasado industrial que ahora ha dado paso a la creatividad. Puedes casi sentir la energía de los artistas callejeros, la frescura de la pintura recién aplicada en un mural, o la suavidad de la tela vintage en los mercados. Es un lugar donde cada sentido se despierta, donde la atmósfera es tan densa que casi podrías tocarla. Es en esta explosión sensorial, en este crisol de vida y arte, donde tu corazón te dice: "Aquí. Aquí hay que parar y capturar esto".

Captura la magia de Truman Brewery

Si quieres llevarte un trozo de esa atmósfera contigo, hay varios puntos donde la magia se hace foto.

* La entrada principal en Brick Lane: Es el punto de partida perfecto. El icónico cartel de la "Truman Brewery" en hierro forjado sobre el gran arco de ladrillo es inconfundible. A tu alrededor, la gente fluye, vendedores ambulantes ofrecen sus wares y la mezcla de lo antiguo y lo moderno es palpable. La mejor luz para esta toma es a media mañana (entre las 10:00 y las 12:00) cuando el sol ilumina el cartel sin crear sombras duras, o al atardecer (golden hour), cuando el ladrillo adquiere un tono dorado precioso y las luces empiezan a encenderse, dándole un toque más íntimo y nostálgico.

* Los callejones de arte callejero (street art): Explora los pasajes y callejones que rodean la Truman Brewery, especialmente los que se desvían de Brick Lane hacia Hanbury Street o Sclater Street. Aquí, cada pared es un lienzo en constante cambio, cubierto de grafitis vibrantes y murales que quitan el aliento. Estarás rodeado de colores explosivos y mensajes poderosos. La luz es menos crítica aquí, pero las tardes soleadas realzan los colores y las texturas del arte. Si buscas un ambiente más tranquilo para tus fotos sin tanta gente, ven entre semana por la mañana.

* Dentro de los mercados (Food Market, Vintage Market, etc.): Si te interesa capturar la vibrante energía y la diversidad de la gente, adéntrate en los distintos mercados. Estarás rodeado de puestos de comida exótica, ropa vintage, joyas hechas a mano y objetos únicos. La luz aquí es más controlada y a menudo artificial, así que concéntrate en los detalles, las expresiones de la gente y la abundancia de texturas y colores. El fin de semana, especialmente a primera hora de la tarde (13:00-16:00), es cuando los mercados están en su apogeo de actividad y ambiente, aunque también más concurridos. Prepárate para la multitud y sé paciente.

Espero que estos consejos te ayuden a encontrar tu propio rincón especial en este lugar tan fascinante.

¡Hasta la próxima aventura!

Olya from the backstreets

¡Hola, hola, amigos de la carretera!

Acabo de volver de Londres y tengo que hablaros de un sitio que me ha dejado pensando: la Old Truman Brewery. Imagínate que estás en un Londres que respira arte, historia y, sobre todo, mucha vida.

La Vibración del Lugar

Caminas por calles adoquinadas, y de repente, el aire cambia. Ya no es el típico aire londinense; aquí huele a algo más. Sientes la brisa, pero también el calor que emana de las paredes de ladrillo centenario. Cierras los ojos e imagina: justo delante de ti, hay una explosión de sonidos. Escuchas el murmullo constante de cientos de voces, el tintineo de vasos, el chisporroteo de la comida callejera en sartenes gigantes. Percibes el aroma dulce y especiado de un curry recién hecho mezclándose con el tostado del café y el toque cítrico de algún cóctel. Si estiras la mano, casi podrías tocar la textura rugosa de los grafitis en las paredes, sentir la energía vibrante que emana de cada rincón. Es como si el lugar tuviera su propio latido, un pulso rítmico que te invita a dejarte llevar.

Lo que me Encantó y lo que me Sorprendió

Lo que más me gustó fue la pura diversidad que se respira. No es solo un mercado; es un universo creativo. Me sorprendió la cantidad de tiendas independientes y galerías de arte que hay. Puedes entrar en un sitio y tocar la seda suave de una prenda vintage, y al lado, sentir la aspereza de un mueble de madera reciclada. El aroma a incienso se mezcla con el del cuero en alguna tienda de segunda mano. Y la comida, ¡madre mía! Es un festival para el paladar. Puedes saborear desde un bao bun con su masa suave y relleno jugoso, hasta un brownie pegajoso y denso, todo en el mismo paseo. La gente es tan variada como los puestos; oyes acentos de todas partes del mundo, risas espontáneas y el eco de la música callejera que se cuela entre los edificios.

Lo que no me Cuadró y Consejos Prácticos

Ahora, siendo honestos, hay algo que no me terminó de convencer del todo. Si vas un fin de semana, prepárate para la multitud. Es abrumador. Puedes sentirte como un salmón nadando contracorriente, y el ruido puede llegar a ser ensordecedor. Si buscas un momento de paz para tomarte un café, te va a costar encontrarlo. Si tienes claustrofobia o simplemente prefieres un ambiente más tranquilo, te sugiero ir un día entre semana.

Y aquí van unos consejos rápidos, como si te los estuviera mandando por WhatsApp:

* Llega con hambre: En serio. La oferta gastronómica es brutal y querrás probarlo todo.

* Explora los callejones: Hay arte urbano increíble y tienditas escondidas que son verdaderas joyas. No te quedes solo en la calle principal.

* Calzado cómodo: Vas a caminar mucho sobre adoquines. Tus pies te lo agradecerán.

* Revisa su web antes de ir: A menudo tienen eventos especiales, exposiciones o mercados temáticos que valen mucho la pena.

¡Espero que te animes a vivirlo!

Un abrazo desde la carretera,

Marco el callejero.

¡Hola, viajeros y exploradores!

Imagina que llegas al corazón de Shoreditch, justo donde late el Old Truman Brewery. No necesitas ver para sentir cómo la energía te envuelve. Cierra los ojos y respira hondo. ¿Notas ese aroma? Es una mezcla embriagadora: el dulzor de un café recién molido, el toque picante de las especias de un puesto de curry cercano, y un sutil dejo a pintura en aerosol, casi artístico, que te recuerda que estás en una galería al aire libre.

A medida que te mueves, sientes bajo tus pies (o tus ruedas) la textura irregular de los adoquines, viejos y pulidos por miles de pasos. Escuchas el murmullo constante de las conversaciones en mil idiomas, el tintineo de las tazas de café, y de fondo, el ritmo de alguna banda callejera o la música vibrante que escapa de los bares. El aire aquí es denso, lleno de creatividad y vida. Puedes casi tocar el hormigueo de ideas nuevas, la emoción de lo inesperado. Sientes el calor de la gente a tu alrededor, la chispa de la curiosidad, el pulso de un Londres que no duerme, que siempre se reinventa. Es un lugar que te abraza con su caos organizado y su espíritu indomable.

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Para la silla de ruedas o el scooter, mira, no hay un sitio justo al lado de Old Truman Brewery que lo alquile así sin más. Lo mejor es que reserves con antelación. Hay varias empresas en Londres que se dedican a esto y suelen entregarte el equipo donde lo necesites.

* ¿Dónde? Una buena opción es contactar con Mobility Hire o buscar "mobility scooter hire London" online. Ellos tienen una buena selección y a menudo ofrecen servicio de entrega y recogida. Otra opción es St John Ambulance, que también alquila equipos de movilidad. Si necesitas algo más básico y estás en un apuro, algunas farmacias grandes en el área (como Boots o Lloyds Pharmacy) a veces tienen sillas de ruedas manuales para alquilar, pero es menos probable y es mejor llamar primero.

* ¿Qué tan fácil es? Es fácil si lo planeas. La dificultad principal es que no hay un mostrador de alquiler *in situ* en la cervecería. Por eso, la clave es la reserva previa y coordinar la entrega.

* Coste y disponibilidad: Los precios varían. Para un scooter, calcula desde unas £20-£30 por día, y las sillas de ruedas manuales pueden ser un poco menos. La disponibilidad es mucho mejor si reservas con al menos 24-48 horas de antelación, especialmente para scooters. Siempre pregunta sobre los depósitos de seguridad.

Mi consejo honesto: antes de tu viaje, entra en sus webs o llámales para ver qué tienen disponible y cuáles son los costes. Así te aseguras de tener todo listo cuando llegues.

¡Que disfrutes de Londres con cada uno de tus sentidos!

Leo el Trotamundos

¡Hola, amigo! ¿Así que quieres saber qué se *hace* en Old Truman Brewery? Te lo cuento, pero no como una guía, sino como si caminaras a mi lado.

Imagina que el aire a tu alrededor cambia. De repente, el bullicio de las calles de Shoreditch se transforma en un eco más profundo, casi industrial. Sientes el suelo bajo tus pies, a veces liso, a veces con el ligero traqueteo de adoquines antiguos. El olor a ladrillo viejo se mezcla con algo más vivo, más moderno: café recién hecho, el dulzor de la repostería, y un toque a pintura fresca. Es la entrada a un laberinto de creatividad y vida.

Caminas unos pasos más y una oleada de aromas te golpea: una mezcla embriagadora de especias exóticas, el humo de la parrilla y el chisporroteo de la comida en los woks. Estás en el corazón del mercado de comida. Escuchas el murmullo de cientos de conversaciones, el tintineo de los vasos, el grito de un vendedor ofreciendo su plato del día. Tus ojos, o mejor dicho, tus sentidos, se sienten abrumados por la variedad. Si te abruma tanta opción, mi truco es dar una vuelta completa sin comprar nada, solo para olerlo todo y dejar que tu olfato te guíe. Luego, déjate llevar por lo que más te llame. La mayoría de los puestos aceptan tarjeta, pero siempre es bueno llevar algo de efectivo por si acaso.

Más allá de la comida, el suelo bajo tus pies se siente más liso, menos transitado. Entras en espacios donde el aroma cambia: a cuero, a incienso suave, a papel viejo. Tus dedos rozan texturas inesperadas: la suavidad de una bufanda de seda, la rugosidad de una cerámica artesanal, la frescura de una joya de metal. Cada tienda es un pequeño universo, lleno de objetos únicos y de historias. Aquí no esperes las grandes cadenas; lo que hay son marcas independientes y diseñadores emergentes. Es el lugar perfecto para encontrar algo realmente único. Los precios varían muchísimo, desde baratijas curiosas hasta piezas de diseño, así que hay algo para todos los bolsillos si buscas bien.

Y de repente, el sonido cambia de nuevo. Quizás es el bajo de un DJ resonando desde un patio escondido, o el murmullo de voces en una exposición de arte pop-up. Sientes la energía vibrante, el pulso creativo de Londres. A veces, el aire vibra con la música en vivo, otras veces es la quietud de una galería lo que te envuelve. Para saber qué hay, lo mejor es mirar su web oficial antes de ir; siempre hay algo, desde mercados de vinilos hasta ferias vintage o exposiciones temporales. No todo está a la vista, así que no dudes en explorar los callejones y los edificios más antiguos.

Cuando te alejas, el eco de las risas y los aromas se va desvaneciendo, pero la sensación de haber descubierto un pedazo vibrante y auténtico de Londres se queda contigo. Es un lugar que te habla, que te invita a tocar, a oler, a escuchar. Y te deja con ganas de más.

¡Nos vemos en el camino!

Olya de las callejuelas

¡Hola, exploradores del mundo!

Imagina que tus pies sienten el cambio del asfalto liso a un adoquín irregular y ligeramente gastado. Estás en el Old Truman Brewery, en el corazón de Londres. No es solo un lugar; es una sinfonía para tus sentidos. Escuchas el murmullo de cientos de conversaciones, como un río de voces que fluye a tu alrededor, mezclado con el ritmo de la música que sale de alguna tienda cercana. El aire, denso y vibrante, te envuelve con el aroma a café recién molido, el dulzor del chocolate y el picante de una comida callejera exótica. Sientes la energía de la creatividad, de la gente que busca algo único. Cada paso es un descubrimiento, cada esquina una sorpresa.

Pero detente un momento. Aléjate del bullicio principal, hacia uno de esos callejones secundarios que parecen olvidados, donde las paredes son más altas y el sol apenas llega. Aquí, el sonido cambia; el murmullo se vuelve más suave, casi un eco lejano del mercado. Y lo sientes: el frío de los ladrillos antiguos contra tu piel, un recordatorio de que esto fue una fábrica, no un parque temático. Y el olor... sí, el olor. Es sutil, pero está ahí: una mezcla de humedad, de metal oxidado y de la levadura que, de alguna manera, aún parece impregnar las paredes. Es el aliento del pasado industrial de Londres, vivo y respirando bajo la superficie de la modernidad. No lo verás en ninguna guía, pero tu cuerpo lo sentirá y te conectará con su verdadera historia.

Ahora, hablemos de lo práctico. Para sumergirte de verdad, ve un fin de semana. Es cuando los mercados, como el Backyard Market o el Brick Lane Market (que está justo al lado y se fusiona), están en pleno apogeo. Encontrarás de todo: desde ropa vintage y arte independiente hasta la comida callejera más variada que puedas imaginar. Llega con hambre y con ganas de explorar. Las estaciones de metro más cercanas son Shoreditch High Street (Overground) o Liverpool Street (varias líneas de metro). Es un lugar para pasear sin prisa, dejarte llevar. No te centres solo en las tiendas principales; explora los patios interiores y las galerías más pequeñas. Ahí es donde están las verdaderas joyas y donde encontrarás los mejores rincones para esa foto perfecta o el bocado más delicioso.

¡Hasta la próxima aventura!

Ana en ruta

¡Hola, exploradores! Hoy nos sumergimos en un rincón de Londres que vibra con una energía única: la Old Truman Brewery. No es solo un lugar, es una experiencia que te envuelve.

Imagina que tus pies tocan el adoquinado. Puedes sentir la textura irregular bajo tus suelas, cada piedra parece contar una historia. El aire huele a café recién hecho, a especias exóticas que flotan desde los puestos de comida y a ese inconfundible aroma a historia londinense. Escuchas el murmullo de las conversaciones, la risa de la gente, el tintineo de las tazas y el ritmo de la música que sale de algún local. Puedes sentir el pulso de la multitud a tu alrededor, una energía que te empuja suavemente. Te mueves con el flujo, notando cómo el terreno cambia sutilmente: un pequeño desnivel aquí, un escalón inesperado allá. Es un baile constante con el suelo que pisas, una danza de sensaciones bajo tus pies mientras te dejas llevar por la atmósfera.

Oye, un tip rápido para la Truman Brewery: el suelo es de adoquín antiguo y tiene sus trucos. Si llueve, ¡ojo! Se pone resbaladizo como una pista de hielo. Usa calzado cómodo y con buena suela, ¡tus pies te lo agradecerán! Y sí, aunque es un sitio súper chulo y lleno de vida, con tanta gente, a veces hay algún "listillo" intentando colarse en tu bolsillo. Mantén tus pertenencias a la vista, especialmente en las zonas más concurridas o en los mercados. No es para alarmarse, ¡es solo para que disfrutes sin preocupaciones! Si alguien te ofrece algo "demasiado bueno para ser verdad", probablemente lo sea. Confía en tu instinto.

¡Hasta la próxima aventura, viajeros!

Olya de los callejones.

¡Hola, amantes de las aves! ¿Pensando en el Old Truman Brewery para vuestra próxima aventura alada?

Imagina el bullicio de Shoreditch. El aire huele a café recién hecho, a especias exóticas de los puestos de comida y, sí, a veces, un toque de esa historia industrial que aún impregna las paredes de ladrillo. No es un parque, no es un santuario de aves, pero incluso aquí, la vida alada se abre camino. Puedes escuchar el arrullo constante de las palomas desde los tejados, ese sonido tan londinense que se mezcla con el murmullo de la gente. Si te detienes, si te permites simplemente *ser* por un momento, quizás notes el aleteo rápido de un gorrión entre los contenedores de basura, o el graznido distante de una gaviota sobrevolando los edificios, sintiendo el aire frío de la ciudad en tu cara.

Ahora, al grano, como si te estuviera mandando un WhatsApp. ¿Qué pájaros vas a ver? Principalmente los urbanitas de siempre: las palomas, que están por todas partes, y los gorriones comunes, que son pequeñitos y muy rápidos. Si tienes suerte y miras hacia arriba, podrías ver alguna gaviota planeando. Y si Londres te sorprende, quizás una de esas cotorras de Kramer (periquitos de collar) que se han hecho tan famosas por aquí, ¡son verdes y ruidosas!

Para un poco de tranquilidad, busca los pequeños patios interiores menos concurridos, o las callejuelas laterales que salen de la zona principal del mercado. No esperes bancos para observar, pero puedes apoyarte en una pared y simplemente escuchar y sentir el ambiente. Un buen truco es buscar cualquier árbol pequeño o arbusto que haya por ahí, suelen atraer a los pájaros.

El mejor momento, sin duda, es temprano por la mañana, antes de que el mercado cobre vida y la gente llene las calles. Es cuando los pájaros están más activos y el ambiente es más sereno, con menos ruido de tráfico y conversaciones. Después de las 10 de la mañana, la zona se llena de energía (y ruido).

Un abrazo viajero,

Olya from the backstreets