¿Quién iba a pensar que a pocos kilómetros de la historia milenaria de Roma, uno podría sumergirse de lleno en la fantasía del cine? Cinecittà World no es solo un parque, es un viaje. Desde el momento en que pones un pie fuera del coche o del autobús, sientes una especie de electricidad en el aire, un zumbido de anticipación. El sol romano te acaricia la piel, y aunque estás en un lugar moderno, hay algo en el ambiente que te susurra "magia". Es como si el telón se abriera y tú fueras el protagonista de tu propia película.
Una de las primeras paradas que te robará el aliento, y el lugar perfecto para inmortalizarlo, es la majestuosa Cinecittà Street. Imagina que te adentras en un set de rodaje clásico de Hollywood. Sientes el asfalto liso bajo tus pies mientras tus ojos se pierden entre las fachadas Art Decó que se elevan a ambos lados, replicando los estudios originales. A tu alrededor, puedes casi escuchar el eco de las claquetas y las voces de directores legendarios. El olor a palomitas de maíz se mezcla con un leve aroma a metal y pintura fresca. Aquí, las farolas antiguas y los coches de época aparcados estratégicamente te invitan a posar. El mejor momento para una foto aquí es al final de la tarde, justo cuando el sol empieza a descender. La luz dorada baña las fachadas, creando sombras largas y dramáticas que le dan a todo un aire aún más cinematográfico, como si estuvieras en una escena de una película de los años 50.
Pero la magia no se detiene en el glamour del pasado. Si buscas un contraste brutal, te diría que te dirijas hacia el área del Far West Village. De repente, el ambiente cambia por completo. El asfalto da paso a la tierra y la gravilla que cruje bajo tus botas. El olor a madera vieja y a polvo te envuelve, y el sonido de una armónica lejana podría hacerte creer que estás en medio de un duelo. Las fachadas de los salones y la oficina del sheriff, con sus puertas batientes, te invitan a espiar dentro. Verás barriles, carretas y cactus que parecen haber sido sacados directamente de un western. Para capturar la esencia de este lugar, te sugiero ir a primera hora de la mañana. Con el sol aún bajo, las sombras se alargan, dándole al pueblo un aire desolado y auténtico, casi como si acabaras de llegar antes de que la acción comience, o al atardecer, cuando los tonos rojizos del cielo le dan un aspecto de puesta de sol de película.
Y si lo tuyo es el futuro, o al menos cómo lo imaginamos en la gran pantalla, el área de Spaceland y la montaña rusa Altair es tu siguiente parada obligatoria. Aquí el ambiente es completamente diferente: el aire vibra con la energía de las altas velocidades y los gritos de emoción. Sientes la brisa en tu cara mientras observas las estructuras de metal pulido que se elevan hacia el cielo, con sus curvas imposibles y sus luces parpadeantes. El sonido del acero crujiendo y el "¡whoosh!" de los carros al pasar a toda velocidad te envuelve. Es un lugar donde la adrenalina es la protagonista. Para una foto impactante, ven cuando el sol se ha puesto por completo y la noche ha caído. Las luces LED de la montaña rusa y las atracciones espaciales se encienden, transformando el área en un espectáculo de colores neón y haces de luz. Es el momento perfecto para capturar la velocidad y la emoción con efectos de larga exposición, creando estelas de luz que parecen sacadas de una nave espacial.
Ahora, pasemos a lo práctico, porque una aventura bien planeada es una aventura mejor disfrutada. Para llegar a Cinecittà World desde Roma, la opción más cómoda es el autobús lanzadera gratuito que sale desde la estación de metro Laurentina (Línea B). Consulta los horarios, son bastante regulares y te ahorran quebraderos de cabeza. Si vas en coche, hay un amplio aparcamiento de pago. En cuanto a la comida, hay varias opciones dentro del parque, desde pizzerías hasta restaurantes temáticos; no esperes alta cocina, pero cumplen su función. Te recomiendo llevar una botella de agua reutilizable, especialmente en verano, porque el sol puede ser intenso. Y lo más importante: calzado cómodo. Vas a caminar mucho, y querrás que tus pies te lo agradezcan al final del día. Si puedes, evita los fines de semana de temporada alta para esquivar las multitudes y disfrutar de las atracciones con menos colas.
Al final del día, cuando el cansancio se mezcla con la satisfacción, te das cuenta de que Cinecittà World es mucho más que un parque de atracciones. Es un homenaje a la imaginación, a la historia del cine y a la capacidad de transportarte a mundos diferentes con solo un paso. Cada esquina te invita a sentir, a escuchar, a tocar. Te deja con esa sensación de haber vivido algo extraordinario, como si acabaras de salir de una película, pero esta vez, la tuya propia.
¡Hasta la próxima aventura!
Léa from the road