Gallipoli Te Papa: Acceso Exclusivo Sin Colas – Emoción Pura

Nos encanto, pasamos una tarde hermosa. Sacamos fotos. Es un museo interactivo. Diferente. Si tenes chicos les va a encantar

No estaba seguro de qué esperar de esta exposición ubicada en el Museo de Nueva Zelanda y chico me sorprendió gratamente, Qué increíble y muy real exposición donde los personajes son más grandes que la vida y tienen un detalle increíble. La exhibición cuenta la historia de las valientes tropas de Nueva Zelanda que desembarcaron con los canadienses y los australianos en Galípoli en la Primera Guerra Mundial. Probablemente una de las mejores exposiciones del mundo y cuenta una historia maravillosa. Esto no se puede perder y bien hecho a los creadores en WETA.

Absolutamente increíble, muy recomendable! La exposición es brillante. Si estás en Wellington es una visita obligada, en serio no te lo puedes perder.

Fuimos a ver esta exposición hace unos días. Bien vale la pena el viaje la exposición está muy bien hecho y establecido. Hecho desde el punto de vista de las soldaduras. Muy interactivo y genial para toda la familia.

Fabuloso Museo, la exposición Galipoli fue increíble Tan realista tan conmovedor Aprendí mucho sobre la participación de Nueva Zelanda en las guerras mundiales Alrededor de un excelente museo con maravillosas exposiciones, disfruté aprendiendo más sobre la cultura maorí

La exposición Gallipoli en el Museo solo está allí hasta abril y es una visita obligada. Contiene una serie de vidas como figuras con increíbles detalles e historias muy conmovedoras que describen su participación en la Guerra. La exposición ilustra el hecho de que los soldados neozelandeses avanzaron por la escarpa mucho más allá de otras fuerzas aliadas. Los esfuerzos del personal médico superior y los dirigentes fueron extraordinarios. El comandante neozelandés teniente coronel Malone murió al frente de sus hombres y su cuerpo nunca fue recuperado.

Esta exposición es sobresaliente y emotiva. Reservamos para un Early Bird Entry 9 : 30 am porque queríamos vencer a las multitudes y disfrutar de la experiencia. Había 8 en el grupo y fuimos llevados a la exposición por Roger nuestro guía. ¡Mientras que la exposición fue excepcional, la guía no lo fue! Habló demasiado e hizo el evento todo sobre él, ¡siento que era un actor frustrado! Cada vez que nos encontrábamos con una de las figuras él insistía en hablar todo el tiempo, sugiriendo que 'escucháramos los diarios para entender por lo que pasaron'... bueno, no podíamos escuchar el audio porque Roger simplemente seguía hablando. Roger también insistió en pararse justo en frente de las figuras gigantes, a menudo de espaldas al grupo, lo que nos impidió tomar fotos que dijo que podíamos hacer antes de comenzar. Seguimos aguantando mientras el grupo salía de la habitación, lo que se hizo más difícil a medida que todos los demás comenzaron a llegar. Roger también continuó sobre cómo se crearon las figuras, en lugar de permitirnos tomar tiempo para apreciar los horrores de Galípoli. ¿Qué habría hecho que la experiencia Early Bird fuera mejor? Un comienzo más temprano porque para cuando las puertas se abrieron al público a las 10 am, apenas estábamos en la exposición! Otra forma de mejorar sería que el guía esté callado e inicie el audio descriptivo cuando el grupo entre en la sala y nos permita escucharlo!

La historia de la campaña de Galípoli de la Primera Guerra Mundial fue contada honesta y refrescantemente a través de la experiencia de ocho neozelandeses comunes. Cada cuenta se abre con un maniquí increíblemente realista de los que estaban allí creando un vínculo fuerte y personal entre el sujeto y el espectador. No hay jingoísmo aquí, solo historias personales de una pesadilla que tristemente aún debe resonar en partes del mundo actual.

Sólo guau, vine aquí con bajas expectativas, ya que los museos de arte moderno son tímidos y sobresaturados por la basura bajo el disfraz de arte contemporáneo, y estoy realmente impresionado. Hay mucha información aquí, y realmente se remonta a la era de la Nueva Zelanda europea, cuando hombres audaces lucharon en el extranjero por su país y Gran Bretaña. Es realmente increíble ver cómo todas las esculturas gigantes se crean localmente, producidas por el Taller Weta, que está a las afueras de Wellington e igualmente increíble. Al final de mis incursiones en este museo, después de escuchar los increíbles efectos de sonido agregados, ver imágenes confrontadas y realistas, junto con la lectura de memorias y citas, a menudo dichas por los propios soldados, estaba casi llorando. Recuerdo estar en la parte que representa un barco lleno de enfermeras y soldados heridos, rodeado de luces de neón y amapolas, y pensé: "¿Cuál era el sentido de esta guerra?" y "¿Todo esto fue en vano? " Y ahí es cuando las emociones golpean. Lo que realmente consolidó la experiencia fue cuando lancé una amapola a los pies de una estatua, e incliné la cabeza en un sombrío respeto a los hombres que lucharon y probablemente se avergonzarían de cómo están siendo tratados sus descendientes hoy. De hecho, la experiencia habría sido perfecta si los creadores de la exposición no sintieran la necesidad de tratar de minimizar los logros de los soldados, insertando constantemente la cultura y los soldados maoríes, que aunque existían, desempeñaron un papel mínimo en la guerra, que fue principalmente combatida por kiwis de ascendencia europea. En general, se sentía como si esta exhibición, y todo el museo en su conjunto, no pudieran reconocer completamente el sacrificio y los beneficios de los kiwis sin tener que insertar artificialmente alguna mención de los maoríes en la ecuación. Si bien no fue algo importante, y no desmereció mayormente la exhibición de Galípoli, hubo algunas secciones ridículas, como al final donde un letrero intentó imponerme la cultura maorí, obligándome a lavarme las manos en un 'grifo aprobado por los maoríes' proporcionado porque en su cultura es 'tradición' lavarse las manos después de interactuar con los muertos. Si bien hubo cosas más atroces, como una tableta informativa que tildaba al Capitán Cook de traidor y decía que los maoríes están cambiando los logros del Capitán Cook para adaptarse a su narrativa, eso no ocurrió en la propia exhibición de Galípoli, así que lo reconoceré en una Opinión separada de la exhibición de manera holística.

Esta exposición de la Primera Guerra Mundial honra a los que estuvieron allí. Me conmovieron los lácteos históricos, cartas, citas y comunicados de prensa. Además, destacan los dioramas y la disposición de la exposición. Habida cuenta de la situación política actual en Nueva Zelandia, es interesante que se incluya el idioma maorí en esas comunicaciones históricas. También pasé un poco en la exposición Nature como un niño de escuela.