Una visita al desierto del Sáhara es una experiencia que todos deberían tener al menos una vez en la vida. Es un viaje que vale la pena, tendrás recuerdos entrañables que perdurarán para siempre. Imagínate encima de un camello, recorriendo el desierto del Sáhara. No hay nada a tu alrededor, y lo único que puedes escuchar son los pasos del camello en la suave arena. El cielo es vasto y despejado durante el día, y está lleno de millones de brillantes estrellas por la noche.