Ubicada a poca distancia en coche y ferry al otro lado del río Mekong, la Isla de la Seda es como retroceder en el tiempo. Para aquellos que buscan escapar del bullicio de Phnom Penh, esta isla brinda una mirada fascinante a la vida camboyana alejada de las influencias occidentales, con agricultores trabajando los ricos suelos fértiles y pueblos con viviendas tradicionales. Los puntos destacados del tour incluyen una visita a la granja de seda activa por la que la isla recibe su nombre y la singular Escuela de Coco dirigida por voluntarios locales y construida con material reciclado que muchos considerarían desechos.