Frankfurt es comúnmente descrita como la cuna de la democracia alemana. Tras la revolución francesa de 1848, que desencadenó numerosas revueltas en la Confederación Alemana, la mayoría de los principados alemanes ya sea renunciaron al poder o se ofrecieron a compartirlo con representantes elegidos por el pueblo. Un órgano central coordinador, la Asamblea Nacional (Nationalversammlung), se reunió en la antigua iglesia de San Pablo en Frankfurt y logró aprobar una constitución común antes de que el movimiento perdiera impulso. Un año más tarde, la mayoría de los príncipes se habían restablecido en el poder mediante el uso de la fuerza militar, y la democracia quedó en suspenso hasta la fundación de la República de Weimar en 1918. No obstante, esta asamblea nacional y su constitución son consideradas los cimientos de la Alemania democrática. La Paulskirche es un monumento a esta primera democracia, cuyo florecimiento y colapso se ilustran durante un recorrido guiado.