El norte de Portugal es verde, pero también es historia, tradición y modernidad. El río Minho es el que delimita el norte del país, pero también es la tierra de un vino que solo tiene un nombre verde y que perdura en la memoria de quienes lo prueban. Descubrir esta región es sumergirse en Guimarães, una ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 2001 con su emblemático castillo y cuna de Portugal, es pasear por sus calles y sentir la historia. Es visitar Braga con su Catedral, percibir que por allí también pasaron los romanos y formar parte de una ciudad moderna. Significa subir a la Iglesia del Bom Jesus y permitirse involucrarse espiritualmente en sus capillas y jardines. Minho es sentir el paisaje, la historia, la cultura, la tradición y el ser portugués.