Granada... Hay algo mágico en su aire, ¿verdad? Imagina esto: estás caminando por el corazón de la ciudad, el bullicio de la Plaza de la Romanilla a tu espalda. De repente, el sonido de los pasos disminuye, el murmullo de la gente se apaga un poco. Un aire más fresco te envuelve, con un leve eco a piedra antigua y quizás, si te concentras, el recuerdo de incienso. Te acercas a la Capilla Real, y puedes sentir el peso de la historia antes incluso de verla por completo. Es como si el tiempo mismo se ralentizara. Puedes casi oír el silencio de siglos, un silencio que te invita a entrar y a sentir la presencia de algo grande, algo que cambió el rumbo de un continente.
Cruzas el umbral y, al instante, el mundo exterior se desvanece. El aire se vuelve más denso, más fresco, como si la piedra antigua respirara. Tus pasos resuenan un poco más fuerte sobre el suelo frío, y un escalofrío te recorre la piel, no de frío, sino de asombro. La luz que entra por los vitrales no es la misma luz de la calle; es una luz atenuada, que tiñe el espacio de colores solemnes. Puedes casi tocar la devoción que impregna cada rincón, cada retablo. Sientes la presencia de los Reyes Católicos, no como figuras de un libro, sino como si sus historias aún vibraran en el aire, en el silencio que envuelve sus mausoleos.
Ahora, para que tu visita sea tan fluida como la seda, aquí tienes algunos consejos útiles, de amiga a amiga:
* Mejor momento del día: La primera hora de la mañana (justo al abrir) o la última de la tarde (una hora antes de cerrar). Hay menos gente y la luz es preciosa.
* Para evitar multitudes: Huye del mediodía, especialmente entre las 11:00 y las 14:00. Es cuando llegan los grupos grandes y las excursiones escolares. Los fines de semana también son más concurridos.
* Tiempo de visita: Dedícale entre 45 minutos y 1 hora. Es suficiente para absorber la atmósfera, ver los mausoleos, el retablo y la pequeña exposición.
* ¿Qué puedes "saltarte"? No diría que hay algo que "saltarse" como tal, ya que no es un lugar enorme. Sin embargo, si vas con el tiempo justo o no te interesa mucho el arte sacro, puedes dedicar menos tiempo a la sacristía y a la colección de objetos personales de los Reyes, aunque es fascinante. Concéntrate en la nave principal y los sepulcros.
* Consejos locales útiles:
* Baños: Hay baños dentro del complejo de la Capilla Real/Catedral, pero a veces con cola. Si necesitas algo rápido, hay cafeterías en la cercana Plaza Bib-Rambla o en la Alcaicería.
* Cafés: Después de la visita, tómate un respiro en cualquiera de las terrazas de la Plaza Bib-Rambla o explora las teterías y bares de tapas en las callejuelas de la Alcaicería (el antiguo mercado de seda) justo al lado.
* Entradas: Considera comprar la entrada combinada Capilla Real + Catedral si planeas visitar ambas. A veces hay un pequeño descuento y te ahorras una cola.
* Vestimenta: Es un lugar religioso, así que viste con respeto. Hombros y rodillas cubiertos son siempre una buena idea.
¡Hasta la próxima aventura! Leo en ruta.