¡Bienvenidos a un viaje en el tiempo sobre ruedas!
La Colección de Coches de S.A.S. el Príncipe de Mónaco es una sinfonía de ingeniería y diseño, donde cada vehículo narra una época dorada. Al recorrer sus pasillos, la vista se deleita con el brillo inmaculado de cromados relucientes y las profundas tonalidades de carrocerías pulidas, desde el icónico rojo de un Ferrari de Fórmula 1 hasta la sobria elegancia de un carruaje real del siglo XIX. No es solo una exposición; es una oda a la evolución automotriz, con prototipos audaces, vehículos de rally victoriosos y limusinas que han transportado a la realeza. Los interiores, con sus cueros patinados y maderas nobles, invitan a imaginar a los ilustres pasajeros que una vez ocuparon esos asientos. La meticulosa curación de S.A.S. el Príncipe Raniero III, y continuada por S.A.S. el Príncipe Alberto II, se percibe en cada detalle, transformando la visita en una lección de historia sobre cuatro ruedas. Es la pasión de una familia real por el motor, plasmada en una colección que trasciende el mero coleccionismo para convertirse en patrimonio.
Pero detente un momento junto a los modelos más antiguos, los que datan de principios del siglo XX, como los De Dion Bouton o el Panhard & Levassor. Pocos reparan en el sutil, casi imperceptible, aroma a cuero envejecido, a cera pulidora y a un toque de aceite de motor clásico que impregna el aire solo en esa sección. No es el olor de un coche nuevo, sino el de la historia misma, de incontables viajes y meticulosas restauraciones, un testimonio olfativo del paso del tiempo y la devoción por la mecánica.
¡Hasta la próxima parada en el camino!