¡Hola, viajeros y amantes de lo inesperado!
Hoy me llegó una pregunta que me hizo sonreír y, la verdad, me dio ganas de charlar contigo como si estuviéramos tomando un café en una terracita parisina, ¿sabes? La pregunta era: "Si alguien ama los pájaros, ¿disfrutaría de la Tumba de Napoleón en París? ¿Qué tipo de pájaros podría ver?"
Y mi respuesta, así, de entrada, con una sonrisa cómplice, es un rotundo y amable… ¡No, no, no, mi cielo!
Verás, la Tumba de Napoleón, mis queridos, es un lugar de solemnidad, de historia que casi puedes tocar, de mármol pulido y grandeza imperial. Está *dentro* de Les Invalides, un edificio majestuoso. Imagínate: techos altísimos, vitrales, la cúpula dorada... pero todo bajo techo. Ni un gorrión se atrevería a piar dentro, ¡sería un sacrilegio a la tranquilidad de un emperador! (Y además, no hay ventanas abiertas para que entren, claro está).
Así que, si tu corazón late fuerte por el aleteo, el canto y la observación de aves, la Tumba de Napoleón no es tu destino. Es para maravillarse con la arquitectura, sentir el peso de la historia y quizás reflexionar sobre la ambición humana.
¿Y qué hay de fuera, en los jardines de Les Invalides?
Ah, bueno, fuera, en los jardines que rodean el complejo de Les Invalides, claro que sí. Estás en el corazón de una ciudad vibrante. Allí te encontrarás con los "clásicos" de cualquier ciudad europea:
* Las palomas parisinas: Esas maestras del arte de pedir migas, con su andar confiado y su arrullo constante. Son parte del paisaje, pero no son precisamente el "diamante" de un *birdwatcher*.
* Gorriones: Siempre correteando, buscando migas, muy vivaces.
* Mirlos (Common Blackbird): Esos pájaros negros con pico naranja que tienen un canto precioso, sobre todo al atardecer o amanecer. Son bastante comunes en los parques.
* Petirrojos (European Robin): Con su pecho rojizo, son adorables y bastante curiosos.
* Carboneros (Great Tit) y Herrerillos (Blue Tit): Esas bolitas de plumas con colores vibrantes que se mueven rápido entre las ramas.
Pero, seamos honestos, no es precisamente un paraíso ornitológico. Es el "fondo de pantalla" sonoro y visual de una ciudad. Si buscas una experiencia de avistamiento de aves *realmente* gratificante en París, ¡entonces tienes que ir a otros lugares!
¿Dónde sí podrías disfrutar de la compañía alada en París?
Aquí es donde te doy los *tips* de amiga:
1. Parque de Buttes-Chaumont: Es uno de mis favoritos. Tiene colinas, cascadas, un lago... ¡y muchos árboles! Aquí sí que puedes encontrar más variedad de aves urbanas y semi-urbanas, como patos, gaviotas, y las aves más pequeñas que mencioné antes.
2. Jardin du Luxembourg o Jardin des Tuileries: Son más "pulcros" y formales, pero al tener grandes extensiones de árboles y estanques, atraen a patos, algunas gaviotas y, por supuesto, mirlos, gorriones y petirrojos.
3. Bois de Boulogne o Bois de Vincennes: ¡Aquí sí que la cosa se pone interesante para los amantes de las aves! Son los "pulmones" verdes de París, mucho más grandes y con zonas boscosas, lagos y estanques. Aquí podrías ver:
* Ánades reales (Mallards): En todos los estanques.
* Cormoranes: Buceando en los lagos.
* Fochas (Coots) y Gallinetas (Moorhens): En las orillas de los estanques.
* Gaviotas: De varios tipos, sobre todo cerca del Sena o en los grandes lagos.
* Pájaros carpinteros: Si tienes suerte y silencio, podrías escuchar y ver el pito real (Green Woodpecker) o el pito ibérico (Lesser Spotted Woodpecker) en los árboles más viejos.
* Rapaces pequeñas: Como el cernícalo vulgar, si miras al cielo.
* Y si tienes *mucha* suerte y buen ojo, cerca de los estanques más tranquilos, ¡quizás un martín pescador, esa joya azul y naranja que es un flash!
Así que ya sabes, mi consejo es: si eres un *birdwatcher* empedernido, guarda tu tiempo de observación para los parques y los "Bois". La Tumba de Napoleón es para otro tipo de asombro, uno que te conecta con la historia y el poder, no con el aleteo y el canto.
Porque, al final, la belleza de la naturaleza no está solo en los grandes paisajes, sino en esos pequeños detalles que nos conectan con el mundo vivo, incluso en el corazón de una ciudad bulliciosa. ¡Son la banda sonora secreta de la ciudad!
Un abrazo enorme y hasta la próxima aventura, ¡con o sin plumas!
Con cariño,
Tu amiga viajera.