¡Hola, aventurero! ¿Listo para sumergirte en un día de pura euforia acuática? Imagina que el sol de Alanya aprieta de verdad, sientes su calor en la piel, pero de repente, una brisa fresca, cargada con el olor a cloro y la promesa de diversión, te envuelve. A lo lejos, el rugido constante del agua, mezclado con risas y gritos de alegría, te llama. Estás a punto de entrar en Water Planet Aquapark, y no es solo un parque, es como si el aire mismo te diera la bienvenida a un oasis gigante donde el único objetivo es sentir la emoción y el frescor por todo el cuerpo.
Una vez que cruzas la entrada, lo primero es lo primero: necesitas sentirte seguro y preparado. El suelo bajo tus pies cambia de asfalto caliente a baldosas frescas y húmedas. Lo que haríamos tú y yo es ir directamente a los vestuarios. Busca la zona de taquillas, siente la llave fría en tu mano. Guarda tus pertenencias, ponte tus escarpines (¡créeme, los necesitarás para no resbalar y para proteger tus pies del suelo caliente!) y el protector solar. Una vez listo, no te lances a la primera caída que veas. Para aclimatarte, la piscina de olas es perfecta. Siente cómo el agua te envuelve, cómo te empuja suavemente y luego te mece, como un abrazo refrescante que te dice: "bienvenido".
Cuando ya te sientas a gusto con el vaivén del agua, es hora de subir un poco la apuesta. Dirígete hacia la zona de toboganes de dificultad media. Por ejemplo, el 'Multi-Slide' es ideal para empezar. Sientes el aire en tu cara mientras te deslizas, el agua te empuja por la espalda, y la risa de la gente a tu lado se convierte en una banda sonora contagiosa. No hay giros bruscos, solo una sensación pura de velocidad y frescura. Aquí es donde empiezas a sentir la adrenalina, pero sin pasarte. Intenta ir a media mañana, justo después de la primera oleada de gente, para evitar las colas más largas y disfrutar a tu ritmo.
Ahora sí, es el momento de los valientes. Si te atreves, sube las escaleras hasta los toboganes más altos. Siente el temblor en tus piernas mientras te acercas al borde, el corazón te late con fuerza. El 'Kamikaze' o el 'Black Hole' son los que te dejarán sin aliento. En el Kamikaze, sentirás una caída casi vertical, el estómago se te encoge y el aire te golpea la cara; es una descarga brutal. En el Black Hole, la oscuridad te envuelve, y solo sientes los giros inesperados y la velocidad antes de la explosión de luz y agua al final. Estos son los que te dejan con una sonrisa de oreja a oreja y la sensación de haber conquistado algo. Si las caídas libres no son lo tuyo, el Kamikaze es el que puedes saltarte sin remordimientos.
Después de tanta emoción, necesitas un respiro. Dirígete al río lento. Siente cómo el agua te arrastra suavemente en un circuito tranquilo. Es el momento perfecto para dejarte llevar, sentir el sol en tu piel mientras flotas, y escuchar el murmullo relajante del agua. Si el hambre aprieta, hay varios puestos de comida repartidos por el parque. Puedes oler el aroma de las pizzas recién hechas o las patatas fritas. Busca una mesa a la sombra, o simplemente siéntate en el borde de una piscina menos concurrida. Recarga energías con algo de comer, siente el sabor del refresco frío en tu boca. Este es tu momento de pausa.
Para cerrar el día, y si aún te quedan fuerzas, vuelve a la piscina de olas principal y espera el "tsunami". Sientes cómo el agua se agita, cómo el nivel sube y baja, y luego una ola gigante te golpea, te empuja y te arrastra, como si estuvieras en el mar de verdad. Es el último subidón, la última gran explosión de agua antes de volver a la realidad. Después, tómate tu tiempo para ducharte y cambiarte. Siente el agua caliente de la ducha lavando el cloro, la sensación de la ropa seca sobre tu piel ya cansada pero feliz. Es el cierre perfecto para un día de pura aventura acuática.
¡Hasta la próxima inmersión!
Olya de las Callejuelas