Estás en Giza, y aunque las pirámides dominan el horizonte, hay una presencia más silenciosa, pero igual de poderosa, esperándote. Imagina el sol, aún suave pero prometedor, calentando tu piel. El aire, denso y antiguo, casi puedes saborear el polvo de milenios. Caminas, y el suelo bajo tus pies se siente como una alfombra de arena compacta, cada paso una conexión con la historia. De repente, lo sientes. No lo ves aún, pero su magnitud te envuelve. Un silencio reverente te rodea, roto solo por el murmullo lejano de la ciudad. Cuando finalmente estás frente a ella, la Esfinge, su tamaño te abruma. Puedes casi sentir el peso de su mirada milenaria sobre ti, la piedra fría y rugosa bajo tus dedos si te atreves a tocarla (no lo hagas, pero la sensación está ahí), y el eco de historias que solo ella conoce, susurradas por el viento del desierto.
Ahora, para que tu encuentro con esta maravilla sea tan mágico como el mío, hablemos de logística.
* Mejor momento del día: El mejor momento para estar allí es justo al amanecer o al atardecer. La luz es dorada, suave, y la Esfinge cobra vida de una manera completamente diferente. Además, es cuando la temperatura es más agradable y la atmósfera más tranquila.
* Cuándo evitar multitudes: Para esquivar las masas, evita las horas centrales del día (de 10 AM a 3 PM), especialmente si viajas en temporada alta (octubre a abril). Los autobuses turísticos llegan en tropel y la experiencia puede volverse ruidosa y caótica. Madrugar es tu mejor aliado.
Una vez allí, ¿cuánto tiempo necesitas y qué deberías ignorar?
* Cuánto tiempo pasar: Honestamente, con 30 a 45 minutos es más que suficiente para empaparte de la Esfinge. Está en un foso, y la perspectiva desde los miradores es la principal. No hay mucho más que hacer o ver en su inmediación directa, más allá de admirar su majestuosidad.
* Qué saltarse: Puedes saltarte por completo a los vendedores insistentes que intentarán venderte de todo, desde pañuelos hasta paseos en camello 'gratis' (nunca lo son). Un 'no, gracias' firme y un paso rápido suelen ser efectivos. Tampoco te dejes convencer por tours 'exclusivos' alrededor de la Esfinge; la vista desde los puntos designados es la ideal y la más segura.
Y para que todo fluya sin contratiempos, aquí van algunos extras.
* Baños: Los baños públicos en el complejo de Giza son básicos, pero funcionales. Lleva siempre algo de papel higiénico contigo, por si acaso, y una pequeña propina para el encargado (10-20 EGP) es una buena costumbre y asegura que estén más o menos limpios.
* Cafeterías y comida: Dentro del recinto de las pirámides y la Esfinge, las opciones de comida son limitadas y caras. Te recomiendo llevar tu propia botella de agua grande. Si necesitas un café o un snack, hay pequeñas tiendas y cafeterías justo fuera de la puerta principal del complejo, antes de entrar o al salir, donde los precios son mucho más razonables.
* Consejo extra: Vístete cómodamente, con calzado cerrado y resistente al polvo. Y lleva protector solar y un sombrero, el sol del desierto no perdona.
Olya desde las callejuelas