¡Hola! Tienes que escuchar esto, acabo de volver del Acuario y Zoo Submarino de Dubái y tengo la cabeza llena de peces, literalmente.
Imagina que entras en un espacio donde el aire cambia, se vuelve más fresco, como si la humedad del mar te envolviera. No hay olor a salitre ni a pescado, solo una limpieza casi estéril. De repente, el mundo se abre ante ti: una pared inmensa de agua. Puedes sentir la magnitud, la presión silenciosa de millones de litros de agua. A tu alrededor, notas cómo la luz se filtra y se difumina, creando un ambiente azulado y etéreo. Escuchas el murmullo lejano de la gente, pero enseguida lo ahoga el suave roce del agua contra el cristal, un sonido constante y envolvente. De pronto, una sombra gigantesca pasa cerca, tan grande que podrías jurar que la sientes rozar el aire a tu lado. No es un ruido fuerte, sino una presencia que te hace sentir pequeño, como si estuvieras en el fondo del océano.
Luego, te adentras en un túnel, y es como si el suelo desapareciera y estuvieras flotando dentro del tanque. El cristal te rodea por arriba y por los lados. Puedes estirar la mano y, aunque no toques el agua, la proximidad de los tiburones que se deslizan justo encima de tu cabeza es tan real que casi sientes la vibración de sus aletas. Es un desfile constante: rayas enormes que planean con una elegancia asombrosa, cardúmenes de peces que se mueven como una sola entidad, y esos tiburones, tan cerca que sientes la necesidad de contener la respiración. Lo que más me sorprendió fue la sensación de ingravidez que te envuelve, como si el agua te estuviera sosteniendo también a ti.
Si vas, te doy un consejo clave para el túnel principal: ve a primera hora de la mañana, justo cuando abren, o ya al final de la tarde. El resto del día es una locura de gente y pierde un poco la magia. La buena noticia es que la parte del túnel principal y la pared gigante del acuario se pueden ver gratis desde el centro comercial, el Dubai Mall. Si solo quieres echar un vistazo y sentir la escala sin pagar la entrada completa, es una opción genial. La entrada de pago te da acceso al túnel y luego a la parte de arriba, al zoo.
Una vez que subes, el ambiente cambia. Pasas de la inmensidad del tanque principal a zonas más íntimas y variadas. Aquí sí que el sonido es más diverso: el suave chapoteo de los pingüinos en su hábitat gélido, que te hace sentir el frío incluso antes de notarlo en el aire, o el golpeteo de las pequeñas patas de los animales del desierto. Puedes sentir la diferencia de temperatura en las distintas zonas, del frescor polar a un calor más húmedo. Hay una sección con reptiles donde el aire es denso y casi puedes oler la tierra húmeda. Lo que me encantó fue el detalle de los hábitats, te sientes mucho más cerca de los animales, casi como si pudieras tocarlos (claro, sin tocar). Los cocodrilos son impresionantes, su quietud es tan poderosa que casi puedes sentir su presencia pesada y antigua.
Para esta parte de arriba, el "Underwater Zoo", mi consejo es que te tomes tu tiempo. Es fácil ir corriendo de un tanque a otro, pero hay muchos detalles y diferentes tipos de animales que merecen una pausa. Si te animas, hay actividades extra como paseos en barco con fondo de cristal o incluso buceo con tiburones, aunque esas tienen un coste adicional considerable y no las hice. Personalmente, me pareció que algunas de las exhibiciones más pequeñas, aunque interesantes, se sentían un poco apretadas, pero la variedad compensa.
En general, la experiencia es impresionante por la escala y la inmersión que consiguen con el túnel. Te sorprende la cantidad de vida marina que tienen y lo bien cuidado que está todo. Sin embargo, tengo que ser honesta, a veces se siente un poco como una atracción de parque temático, muy comercial. Si buscas una experiencia de acuario súper "natural" o educativa al cien por cien, quizás te quedes con ganas de más profundidad en la información. Pero si quieres sentir la maravilla de estar rodeado de vida marina y dejarte llevar por la atmósfera, es un planazo. Vale la pena ir al menos una vez para sentirlo con todo el cuerpo.
¡Un abrazo desde la carretera!
Olya from the backstreets