¡Hola, viajeros curiosos! Hoy te llevo a un rincón muy especial, no en la bulliciosa Río de Janeiro, sino en la serena Petrópolis, la ciudad imperial en las montañas cercanas. Prepárate para entrar en la mente de un genio.
Imagina que subes por una calle empedrada, el aire fresco de la montaña te acaricia la piel. A tu alrededor, el sonido de los pájaros se mezcla con un murmullo lejano de la ciudad. De repente, te detienes frente a una casa que parece sacada de un cuento, pequeña, peculiar, con unas escaleras que desafían la lógica. Sientes la madera bajo tus dedos al subir los primeros escalones, cada uno con un diseño diferente, obligándote a prestar atención, a caminar de una manera nueva. Es la "Encantada", la casa de Santos Dumont. Al cruzar el umbral, el olor a madera antigua y a historia te envuelve. Puedes casi escuchar el silencio, roto solo por el suave crujido del suelo bajo tus pies, como si la casa misma respirara.
Dentro, cada espacio es un testimonio de la brillantez y las excentricidades de su creador. Estrecho, acogedor, sientes cómo la casa te abraza. Imagina que extiendes la mano y tocas la barandilla de la escalera: es lisa, pulida por años de manos que, como la tuya, han intentado descifrar el misterio de su diseño. Te detienes en el baño y, aunque no puedas verla, la famosa ducha de agua caliente y fría es una invitación a sentir la ingeniosidad de Santos Dumont; puedes casi sentir el vapor, la idea de un confort tan innovador para su época. Es un lugar donde cada invento, cada detalle, no era solo una utilidad, sino una extensión de su mente. Te sientes cerca de él, de su curiosidad infinita, de su espíritu juguetón. Es una experiencia íntima, casi como si estuvieras visitando a un viejo amigo y descubriendo sus secretos más preciados.
Ahora, algunos consejos prácticos para tu visita a este increíble lugar:
* Mejor momento del día: Si puedes, ve a primera hora de la mañana, justo cuando abren. La casa es pequeña y se llena rápidamente.
* Para evitar multitudes: Evita los fines de semana, los feriados y las horas pico (entre las 11:00 y las 14:00). Los días de semana, especialmente los martes o miércoles, son ideales.
* Tiempo de visita: Con 45 minutos a 1 hora, tendrás tiempo de sobra para explorar cada rincón con calma. No es un museo enorme, pero cada detalle merece tu atención.
* Qué "saltarse": Sinceramente, no hay nada que saltarse. La casa es compacta y cada elemento es parte de la historia. Recorre cada habitación y cada piso.
* Consejos locales útiles:
* Las escaleras: Ten en cuenta que la casa tiene escaleras muy empinadas y peculiares (las famosas "Escadas de Santos Dumont"), lo que puede ser un desafío para personas con movilidad reducida. No hay ascensor.
* Baños: Hay baños disponibles dentro del museo.
* Cafeterías: No hay cafetería dentro del museo, pero la zona histórica de Petrópolis está llena de encantadores cafés y restaurantes a poca distancia a pie. Te recomiendo explorar la Rua Teresa después, si te apetece un paseo y algunas compras.
¡Que disfrutes de la genialidad de Santos Dumont!
Léa del Camino